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CPH:DOX 2022

Crítica: The Chocolate War

por 

- El tercer documental del danés Miki Mistrati sobre el lado oscuro de la industria del chocolate aborda la esclavitud infantil en Costa de Marfil

Crítica: The Chocolate War

En parte gracias al auge de los servicios de streaming, parece que cualquier día podemos ver un documental nuevo y detallado sobre las atrocidades cometidas por farmacéuticas, empresas petroleras, de minería, internet o alimentarias. Pero Nestlé es un villano conocido desde hace bastante tiempo, al menos desde la película pionera de Erwin Wagenhofer, We Feed the World [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
(2005). Ahora, el tercer documental del director danés Miki Mistrati, The Chocolate War, estrenado en la sección F:ACT del CPH:DOX, habla del lado oscuro de la industria del chocolate.

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El abogado estadounidense Terry Collingsworth ha estado luchando en esta guerra desde 2006, cuando descubrió seis casos de esclavitud infantil en Costa de Marfil, de donde procede el 40 % del chocolate mundial. Seis chicos de Malí testificaron frente a la cámara que fueron raptados a los 12 años y llevados a las plantaciones para trabajar gratis. “Es la edad en que son suficientemente mayores para trabajar, pero siguen siendo niños que temen a los adultos”, dice el abogado.

Tuvieron que pasar 11 años para que el Tribunal de Apelación de California aceptara analizar el caso presentado por Collingsworth y su compañero de litigio, Paul Hoffman, donde afirmaban que los chicos podían demandar a Cargill y Nestlé en Estados Unidos. El primero compra granos de cacao a las plantaciones y los vende al segundo, y su ejército de abogados carísimos retrasó el caso por varios motivos: uno de ellos era que las empresas no tenían manera de saber que los niños eran explotados. Pero un par de facturas halladas por un activista maliense por los derechos humanos demuestran lo contrario, y Collingsworth viaja al país de África occidental para encontrarse con los seis demandantes que ahora tienen 20 años.

Junto a dos becarias del estudio de Hoffman, mujeres jóvenes no amenazantes que hablan francés y estudian en Berkeley, Collingsworth visita después una filial de Cargill en Costa de Marfil, donde se informa sobre controles permisivos y auditorías que supuestamente implementan las empresas. La conclusión es que las etiquetas “Certificado UTZ” y “Comercio justo” que vemos en tabletas de chocolate a menudo no significan nada: por ejemplo, la International Cocoa Initiative, que trabaja para “eliminar el trabajo infantil y el trabajo forzado” en Costa de Marfil y Ghana, está principalmente financiada por Nestlé y Cargill, que forman parte de su junta directiva. Corporaciones de varios sectores suelen crear este tipo de organizaciones como coartada para sus delitos.

En paralelo, Hoffman discute el caso en un tribunal de Pasadena contra un abogado de Cargill que sostiene que la evidencia no es permisible porque viene de otro país. Pero los jueces son sensibles al asunto de la esclavitud infantil y permiten el caso, por lo que Collingsworth y Hoffman pueden demandar a las compañías. Por supuesto, los abogados caros apelarán a la Corte Suprema de Estados Unidos, compuesta por candidatos designados por Trump y que apoyan a las corporaciones.

En cuanto a estilo, The Chocolate War es el típico documental de investigación intrigante, con música dramática, cortes rápidos y títulos narrativos contextuales que explican la historia. Eso consigue desencadenar emociones que van más allá de la ira, sobre todo en una escena donde Collingsworth y las dos becarias visitan una plantación aleatoria, ven a los niños obreros y entrevistan a uno de ellos.

El final de esta historia todavía está muy lejos, y la película muestra que no se necesita solo la colaboración de los tribunales, abogados y medios de comunicación, sino también que los consumidores actúen para responsabilizar a las corporaciones. Comparados con ellos, los cárteles de la droga parecen carteristas, y por eso Mistrati ha hecho tres películas sobre el tema.

The Chocolate War es una coproducción entre la danesa Made in Copenhagen y la noruega UpNorth Film. DR Sales gestiona los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés)

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