30/03/2022 - En su nuevo documental, Andreas Koefoed muestra que sobrevivir es una cosa, pero aprender a vivir de nuevo es otra muy distinta

Cosas como esta no ocurren todos los días: una noche, una niña de 11 años cae por una ventana y sobrevive a una caída de un quinto piso. Algunos lo considerarán un milagro; una prueba de que “alguien la protege”. Otros simplemente dirán que había un médico fumando en el patio y lo presenció todo, una de las pocas ocasiones en que una adicción se convierte en una bendición.

Aunque, por otro lado, en The Fall, el director Andreas Koefoed —que recientemente presentó The Lost Leonardo [+lee también:
tráiler
entrevista: Andreas Koefoed
ficha de la película], mucho más agradable para el público— se interesa en algo más: lo que ocurrió a continuación. Sobrevivir es una cosa, aprender a vivir otra vez es algo muy distinto. Estrid, su protagonista, de repente se convierte en una niña de cristal, con una vida marcada por una dolorosa rehabilitación. Se vuelve triste e introvertida, aunque resulta imposible saber si esa oscuridad ya estaba ahí o vino después de la caída. La autora de este artículo nunca imaginó que asociaría este modesto documental, estrenado en CPH:DOX, a un diálogo de Batman Begins, pero así fue: “¿Por qué caemos, señor? Para que podamos aprender a levantarnos”. Exacto.

A medida que Estrid se hace más fuerte y mayor, parece haber dejado de lado las palabras. No quiere seguir respondiendo preguntas; quiere expresar lo que le ha ocurrido a través de sus propios movimientos, a través del baile. Después de todo, es su cuerpo el que recibió el golpe, tuvo que transformarse y ha estado limitándola durante tanto tiempo. “Nunca he recuperado mi cuerpo”, dice en un momento, pero sigue buscando la manera de conseguirlo.

Es como cualquier adolescente. Por supuesto, no le gustan sus cicatrices, pero tampoco quiere ningún trato preferente: quiere ser el tipo de chica que lleva delineador negro y se tiñe el pelo de verde, si surgiera la necesidad. Quiere ser alguien que se pelea con sus padres y que dispara a matar durante sus altercados verbales. Alguien que es, y esto es comprensible, más que su accidente, y que no tiene que hablar con un especialista sobre “chicos” delante de sus padres.

El suceso está borroso en su cabeza. ¿Estaba sonámbula o tuvo un sueño tan vívido que la llevó a correr ese riesgo? Koefoed también habla con otras personas —incluidos sus padres, que oyeron que un niño cayó por la ventana esa noche, y luego se enteraron de que se trataba de su propia hija—, pero mantiene intacto algo de misterio. También vuelve a la cara de Estrid, desafiante y cansada. Empezando con su versión actual para luego retroceder cinco años hacia esa niña de pelo largo que caminaba con muletas, muestra su progreso y sus frustraciones. Es un retrato muy delicado, sin un gran final. Pero así es como llegas más allá del trauma. Lo haces lentamente. O, a veces, bailas con cuidado para olvidar el dolor.

The Fall ha sido producida por la danesa Sonntag Pictures.

(Traducción del inglés)