email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

CPH:DOX 2022

Crítica: The Pawnshop

por 

- Łukasz Kowalski nos da la bienvenida al lugar donde venden casi todo

Crítica: The Pawnshop

Bienvenido a la casa de empeños más grande de Polonia. Hay chaquetas de cuero usadas por todas partes, viejos DVD, estanterías repletas de baratijas religiosas y aparatos de cocina que supuestamente funcionan. Supuestamente, como dice un cliente enfadado que llama para quejarse, al principio de una conversación muy larga sobre una batidora. 

También hay recuerdos traídos día tras día por ex mineros, que ahora luchan por encontrar su lugar. Su región, Silesia, era conocida por el carbón. Pero las cosas empezaron a cambiar hace mucho, mucho tiempo, y ellos se quedaron atrás, incapaces de reinventarse. Sería interesante saber si el director de The Pawnshop, Łukasz Kowalski, tiene raíces silesias. También porque su opinión sobre este mundo, todavía con un pie en el pasado, es tierno pero brutalmente honesto.  

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Es su mirada tragicómica lo que hace de esta película —estrenada en CPH:DOX— un deleite, y el hecho de que la casa de empeños del título esté situada en una calle llamada Perseverancia lo dice todo. No parece funcionar, al menos como negocio en sí, ya que no importa lo mucho que vendas, la caja siempre está vacía. Las personas que trabajan allí, que fuman continuamente como si fuera un compromiso real y profundo, discuten por dinero todo el tiempo, y luego regalan cosas gratis. La forma en que tratan con los clientes trae recuerdos no muy agradables de la República Popular de Polonia, que existió hasta 1989, pero a veces la crueldad desaparece de repente, reemplazada por la curiosidad y la simpatía. No se dice quiénes son, si quieren aprovecharse de esta comunidad empobrecida o apoyarla. Quizás ambas cosas y por eso es interesante.  

Kowalski no necesita hacer mucho; sobre todo cuando la señora oxigenada que dirige el lugar (y que sigue preguntándose si todavía ama a su jefe) insiste en llevar un abrigo de piel mientras trabaja, sin motivo aparente, y apenas se lo quita. Son personajes fantásticos, que también le gustarían a Aki Kaurismäki. “Vendemos casi todo”, anuncian, con mucha honestidad debemos añadir, pero también compran bastante. En este lugar, el diente de un mamut puede ser útil, ya que el dueño de la tienda no puede resistirse a poner otro extraño trofeo en el mostrador.  

Cuando deciden grabar un vídeo para promocionarlo todo, las cosas se vuelven muy absurdas. Pero no siempre se trata de echarse unas risas. Las personas tienden a traer sus historias junto con sus pocas pertenencias, y muchas veces se hace duro escucharlas. Las familias grandes no tienen la solución para sobrevivir la próxima semana, hay historias de violencia doméstica, alcoholismo y reclusión, y la pobreza se percibe desde el principio. “Gracias por la conversación”, dice una mujer muy desesperada que viene a vender algo, pero parece que en realidad viene a hablar de sus problemas. Quizás ese es el objetivo de este lugar, después de todo: permitir esas conversaciones difíciles, entre una cortadora de césped rota y una enorme pila de zapatos viejos. Y sí, a veces todo girará en torno a las batidoras.

The Pawnshop es una producción polaca llevada a cabo por el propio director y Anna Mazerant.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy