CANNES 2022 Quincena de los Realizadores
Crítica: Les Harkis
por Fabien Lemercier
- CANNES 2022: Philippe Faucon observa con su humilde dominio de la pureza cinematográfica el cruel capítulo de la historia de los soldados locales en el lado francés durante la guerra de Argelia
Hay dos cestas en las primeras escenas de la nueva película de Philippe Faucon, Les Harkis [+lee también:
tráiler
entrevista: Philippe Faucon
ficha de la película], estrenada en la Quincena de los Realizadores del 75º Festival de Cannes. La primera, encontrada por un anciano en la puerta de su casa en un pequeño pueblo de Argelia, esconde la cabeza cortada de su hijo. La segunda, llevada por un hijo a su padre atravesando un olivar, contiene pan y leche. El cineasta francés ha decidido dirigir su mirada cristalina y su estilo simple y conciso, seco y brillante, hacia este cruce de dos caras entre la vida y la muerte, y la encrucijada de la gran historia tomando a los hombres como rehenes de sus sobresaltos.
Es el 22 de junio de 1959 y la guerra de Argelia dura cuatro años. Oficiales superiores y el prefecto de la región coronan con gran pompa la Harka 534, un batallón de soldados argelinos (que incluye al hermano del muerto del principio, pero también al padre que cavaba y cuya parcela fue recuperada por su propietario colono que no encontraba trabajo) comprometidos con las tropas francesas entrenadas por sus líderes del “ejército de pacificación”, y enfrentadas a los “terroristas fellaghas” (los independentistas). Instrucción en tiro, sesiones de tortura con grupo electrógeno (“habla o muere”), patrullar, rastrillar y cavar pueblos para buscar enemigos en los vastos paisajes polvorientos, rocosos y desiertos: nuestros harkis (entre ellos, Salah, interpretado por Mohamed Mouffok) van a la guerra bajo el mando de los lugartenientes franceses Pascal (Théo Cholbi) y Kravitz (Pierre Lottin), pero también bajo la mirada de sus compatriotas argelinos (“¡Tú los silencias!”). Pero en 1960, Francia entabla conversaciones con el FLN (Frente de Liberación Nacional) para un alto el fuego, y hasta 1962, las dudas no dejan de crecer entre los harkis: ¿Francia les miente? ¿Los va a traicionar? ¿Qué será de ellos? ¿Y de sus familias? ¿Cuál es su lugar, su identidad? ¿Quiénes son sus hermanos? Preguntas de vida o muerte…
Philippe Faucon, que toma perspectiva con respecto a los acontecimientos ocurridos hace 60 años (pero que irrigan el karma de las relaciones franco argelinas) y se sitúa cada vez más cerca de los hombres a través de la sucesión de algunas escenas (una discusión en torno a una fogata o en una oficina, marchas, despedidas, etc.) que depuran la cronología entre 1959 y 1962, consigue ilustrar a la perfección la complejidad de un capítulo de la historia donde la mentira y el honor, la confianza y la realpolitik, dividen las consciencias. Un alarido, una puñalada, un censo, un convoy, un helicóptero, desplazamientos clandestinos, malos presentimientos: con algunos golpes de bisturí cinematográficos (fruto de su gran dominio de la depuración), el cineasta crea una obra de ficción condensada y apasionante, nada espectacular y muy lograda a nivel formal que supone una representación digna de un capítulo de la historia que supuso la muerte de 35.000-80.000 personas entre los harkis y sus familias, y la evacuación de 90 000 de ellos a campos en Francia, donde se vieron obligados a vivir hasta 1976.
Les Harkis ha sido producida por Istiqlal Films y coproducida por Les Films du Fleuve, Arte France Cinéma, Nord-Ouest Films y Les Films Pelléas. Pyramide International gestiona las ventas.
(Traducción del francés)
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.