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CANNES 2022 Un Certain Regard

Crítica: La emperatriz rebelde

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- CANNES 2022: La directora Marie Kreutzer y la actriz Vicky Krieps se reúnen en esta mirada alternativa a la vida de Sissi la emperatriz

Crítica: La emperatriz rebelde
Vicky Krieps (centro) en La emperatriz rebelde

“A la gente no le gustan las cosas etéreas”, comenta la Isabel que interpreta Vicky Krieps, es decir, Sissi, a uno de los primeros inventores del cine para explicar por qué el celuloide no se convirtió en un medio popular en la Austria de finales del siglo XIX. Es uno de los muchos momentos irónicos de la película La emperatriz rebelde [+lee también:
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, marcadamente etérea, de la directora Marie Kreutzer, que se ha presentado en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes.

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Desde que pareció salir de la nada, protagonizando junto a Daniel Day-Lewis El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson, Krieps ha sido la persona a la que han recurrido siempre los directores que necesitan a una actriz que interprete a una misteriosa musa a la que los hombres que la rodean impiden florecer. Pero el personaje que interpreta esta vez, la emperatriz Isabel de Austria, ha cumplido 40 años y ya está harta de que los hombres, o cualquiera, le digan lo que tiene que hacer. Ha llegado el momento de hacer las cosas a su manera y de divertirse, en lugar de que se divierta solo el pueblo.

El título (“corpiño”) bien podría sugerir que esta película trata sobre una mujer que vive constreñida en la sociedad, pero Kreutzer también se deleita en mostrar cómo los hombres de la época son igualmente rehenes de la etiqueta social de su tiempo. La aristocracia tiene que actuar de una determinada manera, y el marido de ella, Francisco José (Florian Teichtmeister), siente el peso del mundo sobre sus hombros. La situación política del país y de toda Europa no es buena para los ungidos al nacer, pero el hecho de que su mujer tenga arrugas y canas es lo que realmente le va a convertir en el hazmerreír ante el pueblo. Así que necesita una mujer más joven con la que dejarse ver para demostrar que sigue siendo viril y fuerte. Sissi ya está harta de él, e incluso se encarga personalmente de buscarle una amante.

Es la Austria de 1897, cuando las mujeres tienen la suerte de vivir hasta más allá de los cincuenta años. Y cuando lo hacen, no gustan a los hombres. La emperatriz está aburrida de la vida palaciega, sobre todo ahora que sólo está allí para realizar tareas ceremoniales. Las conversaciones con su marido suelen tener lugar de punta a punta de mesas interminablemente largas. Kreutzer utiliza con destreza la distancia y el tamaño del encuadre para expresar la naturaleza de las relaciones a lo largo de la obra. Incluso a los hijos los cría el servicio. Isabel decide abandonar Viena temporalmente y se dirige primero a Northumberland, Inglaterra, y luego a Baviera, donde se encuentra con viejos amores y amigos. A su hijo no le gustan los rumores que afirman que su madre tiene una aventura. Los ecos de la historia de Lady Di resuenan a lo largo de este trabajo, en cada bello encuadre y en cada sugerente mirada.

Todo está contado con una sensibilidad moderna, nada que ver con la famosa representación de la Sissi de Romy Schneider como una monarca joven y obediente en las tres películas de Sissi rodadas para la televisión entre 1957 y 1959. La directora Marie Kreutzer acentúa la perspectiva moderna a través de la ingeniosa selección musical, primero escogiendo temas modernos y luego utilizando música creada ad hoc por Camille como parte diegética de la acción.

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, de Pablo Larraín, y de María Antonieta, de Sofía Coppola, pero es mejor que ambas. Es una película precisa, atrevida e intrigante, tan buena que se merece participar en la competición. Kreutzer y Krieps ya trabajaron juntos en We Used to Be Cool [+lee también:
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, sobre una joven madre que afronta la maternidad, y aquí se escuchan ecos de aquella película. Será el film por los hipsters de Cannes, y cuesta imaginar que este año aparezcan mejores películas sobre un matrimonio sin amor y sobre la lucha de una mujer por la independencia.

La emperatriz rebelde es una coproducción entre Austria, Luxemburgo, Alemania y Francia, y es resultado del trabajo de Film AG, Samsa Film, Komplizen Film y Kazak Productions. Sus ventas internacionales las gestiona mk2 films.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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