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SHEFFIELD DOC FEST 2022

Crítica: The New Greatness Case

por 

- El punzante y escalofriante documental de Anna Shishova demuestra de forma metódica la perversidad y la manipulación de la represión del estado ruso

Crítica: The New Greatness Case

En la caja de cristal que la aísla de la sala del tribunal, una joven de 17 años tiembla como un animal al que acaban de cazar mientras se murmuran los hechos de su acusación a una velocidad vertiginosa. Es 2018 y Anna Pavlikova, detenida desde hace cinco meses, se enfrenta a entre 10 y 25 años de prisión por pertenecer a un grupo extremista cuyo objetivo era derrocar al gobierno. Esta es la carta de presentación de The New Greatness Case, el instructivo y asombroso documental de la directora Anna Shishova, que se estrena a nivel europeo en la sección Debates del Sheffield Doc Fest. La película sirve a modo de explicación —de las que ponen la piel de gallina— para todos aquellos que no entienden por qué los ciudadanos rusos no muestran indignación ante el ataque de su ejército a Ucrania. A años luz del ruido mediático en torno a la opresión de los opositores políticos más notorios del país, el documental disecciona un sistema que no hace más que atrapar metódicamente a los jóvenes y no duda en deshacerse de cualquier disidencia interna, al tiempo que destaca de forma increíblemente conmovedora la desesperada lucha librada por una madre y un pequeño grupo de defensores de los derechos humanos.

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Anne tenía pensado estudiar biología en la universidad y estudiaba para los exámenes al tiempo que trabajaba en una clínica veterinaria y buscaba amigos que compartieran sus intereses en Internet. Alguien le sugirió que se uniera a un grupo de debate llamado New Greatness, cuyos miembros trataban todo tipo de temas: música, ecología, política, etc. Algunos de ellos empezaron a reunirse en una cafetería local y a salir juntos por Moscú. Fu entonces cuando uno de ellos sugirió alquilar un local donde reunirse.... Pasan unos meses y las confesiones de uno de los miembros del grupo, que se hicieron virales de inmediato tras ser difundidas por el canal de Telegram del gobierno, acaparan las portadas de todos los medios, y es que el New Greatness planeaba llevar a cabo una acción directa contra los representantes del poder y sus integrantes estaban en proceso de preparar cócteles molotov, por lo que la revolución estaba al caer. El problema fue que el testigo de cargo era a su vez quien había tramado y orquestado todo, quien había dirigido el foro online, alquilado los locales del grupo, instalado una cámara oculta y micrófonos y desviado la atención de la insignificancia de sus primeras reuniones para centrarla en discusiones de carácter más ideológico y reunir pruebas. Y no fue el único, ya que otras dos personas se infiltraron en esta organización de 13 miembros y le ayudaron a tender la trampa y destapar el crimen...

Al seguir los pasos de una madre de Anna que cuenta con el respaldo del "Movimiento de Madres contra la Represión Política", de defensores de los derechos humanos (sometidos a fuertes presiones) y de un periodista de investigación, la cineasta levanta el velo sobre los métodos precisos de manipulación empleados por el FSB al tiempo que disecciona un proceso judicial caracterizado por protestas y pequeñas victorias conseguidas gracias a una serie de revelaciones embarazosas para las autoridades. Pero, sobre todo, la directora revela la atormentadora ansiedad de aquellos cuyas vidas están en el limbo —por no decir destrozadas—. Aunque al final esta lucha completamente desequilibrada —es todo un David contra Goliat, una serie de pequeñas señales contra el poderoso aparato del Estado, una huelga de hambre contra la espada de Damocles del aislamiento, etc.— se salda solo con arresto domiciliario para Anna, The New Greatness Case arroja una aterradora luz no solo sobre las poderosas y oscuras prácticas de los servicios secretos de un país que se come a sus propios hijos —incluso a los más anónimos—, sino también sobre la valentía excepcional que se requiere para simplemente poder resistir mínimamente a ellas, a costa de enormes sacrificios. Tal y como subraya la directora: "Cuando era pequeña, me imaginaba a Stalin saliendo de mi armario por la noche para llevarme a su terrible reino (...). Es como si el demonio de mi infancia hubiera conseguido finalmente arrastrarme a su terrible reino y todos nos hubiéramos convertido en sus rehenes", "ese miedo con el que hemos aprendido a convivir ha acabado por hacernos obedientes e indiferentes". Es precisamente este silencio el que rompe rigurosa e incisivamente el documental de Shishova en un acto encomiable y digno del máximo respeto, dados los riesgos asumidos por el equipo de rodaje.

The New Greatness Case ha sido producida por IV Films (Finlandia) en coproducción con Nukleus Film (Croacia) y Piraya Film (Noruega). Las ventas corren a cargo de Autlook Filmsales (Austria).

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(Traducción del francés)

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