Crítica: Il signore delle formiche
por Camillo De Marco
- VENECIA 2022: Un estilo de dirección muy clásico debilita el biopic de Gianni Amelio sobre un escandaloso juicio por "lavado de cerebro" en la Italia del 1968
"Su crimen fue su debilidad, una debilidad intencional que rechazaba cualquier forma de autoridad”, escribió Pier Paolo Pasolini sobre el poeta, artista visual y dramaturgo Aldo Braibanti, que protagonizó en 1968 un caso judicial sensacionalista, acusado de un delito inexistente. El “plagio” (o “lavado de cerebro”), había sido introducido en el código penal fascista y todavía formaba parte de la ley de la República Italiana en ese momento ("Aquel que ejerce su poder sobre otra persona para reducirla a un estado de sometimiento total").
Al igual que Oscar Wilde, procesado un siglo antes por “indecencia pública”, este intelectual herético e incoherente (antiguo partisano y exdirigente del Partido Comunista Italiano, interesado en la organización social de las hormigas) es “por encima de todo” homosexual, una diferencia intolerable a los ojos del orden social de la época, pero que no podía ser perseguida como un delito. Sin embargo, cuando los padres (fervientes católicos) de Giovanni, un joven de 24 años que vive con Braibanti, denuncian al poeta ante la Fiscalía de Roma por haber subyugado física y psicológicamente a su hijo, se abre una investigación que culmina con la detención del “desagradable maestro” y un juicio que moviliza a celebridades como Umberto Eco, Alberto Moravia, Elsa Morante, Pier Paolo Pasolini, Piergiorgio Bellocchio y Cesare Zavattini. En ese momento, el cineasta Gianni Amelio tenía 23 años. Acababa de llegar a Roma y asistió a una de las audiencias judiciales con otros miembros del público. Se dio cuenta de que una injusticia como esta podía sucederle a cualquiera, incluido él mismo. Cincuenta años después, Amelio ha presentado Il signore delle formiche [+lee también:
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entrevista: Gianni Amelio
ficha de la película], un biopic y dramatización libre sobre el intelectual de Emilia-Romaña, fallecido en 2014, en la Competición Oficial del 79.º Festival de Venecia.
A nivel narrativo, la película (escrita por el propio director junto a Edoardo Petti y Federico Fava) se divide en tres partes. En la primera, Amelio nos presenta a este hombre humilde pero carismático, interpretado por Luigi Lo Cascio, que recita su poesía ante un joven y fascinado Giovanni (conocido como Ettore en la película, e interpretado por el debutante Leonardo Maltese), a quien conoció en un taller de arte promovido por Braibanti en Piacenza. La pareja pronto se instala en Roma, donde el poeta introduce a su compañero en la escena artística gay de la capital, que incluye fiestas inofensivas caracterizadas por el travestismo. Pronto aparecen la madre y el hermano del joven, que se llevan a Giovanni por la fuerza y lo encierran en un hospital psiquiátrico.
La tercera parte se centra en el juicio. A pesar de las múltiples sesiones de terapia de electrochoque a las que se somete a la “víctima” de la coacción, este comparece ante el tribunal para testificar que decidió libremente y con conocimiento de causa entablar una relación con Braibanti. En realidad, es otro joven, con quien Braibanti tuvo una breve relación muchos años antes, el que testifica contra el poeta. Mientras tanto, un periodista del diario Unità (Elio Germano) se ocupa de seguir el caso, consciente de lo que está ocurriendo realmente en la sala del tribunal.
Gianni Amelio, que reveló su homosexualidad en 2014, a los 69 años, mientras presentaba su documental Felice chi è diverso [+lee también:
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ficha de la película] en Berlín, no pudo evitar identificarse con el intelectual perseguido en nombre de la decencia pública, o sentir la necesidad de recordar un ejemplo perfecto de una caza de brujas (que también fue contada por Carmen Giardina y Massimiliano Palmese en su documental de 2020). No obstante, el estilo de dirección de Amelio es demasiado clásico y tiene problemas a la hora de transmitir los registros estilísticos que esperan las nuevas generaciones, a quienes supuestamente se dirigen los temas y las lecciones de la película. En efecto, el montaje lento y los planos excesivamente largos, por no hablar de su exagerado énfasis en las interpretaciones, los matices, las atmósferas y los ajustes de cuentas (la hipocresía del Partido Comunista Italiano ante el juicio, el personaje homófobo de Calabria...) resultan ahora tan anticuados que los espectadores que no hayan vivido esos tiempos podrían pasarlos por alto.
Il signore delle formiche es una producción de Kavac Films, IBC Movie y Tenderstories junto con RAI Cinema. The Match Factory se encarga de la distribución internacional.
(Traducción del italiano)
Galería de fotos 06/09/2022: Venecia 2022 - Lord of the Ants
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© 2022 Dario Caruso for Cineuropa - @studio.photo.dar, Dario Caruso
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