14/09/2022 - El control de los suburbios, el peso del pasado, los conflictos del presente y los sueños de un futuro en otro lugar, a través del prisma de un fenómeno cósmico en la original cinta de Cédric Ido

“Los antiguos han entendido. Ahora hay reglas aquí. O te adaptas o desapareces”, “Aquí vemos todo, nada se nos escapa”. En materia de películas de barrios de los suburbios parisinos, el cine francés ya ha explorado varios caminos, desde El Odio a Los Miserables [+lee también:
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ficha de la película] pasando por la reciente Athena [+lee también:
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ficha de la película], por no hablar de algunos ejemplos zigzagueantes entre la faceta social y el thriller, con un trasfondo de tráfico de drogas o de deseo de abandonar por un medio u otro este entorno desfavorecido donde los edificios a veces parecen prisiones. Pero desde Gagarine [+lee también:
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entrevista: Fanny Liatard y Jérémy Tro…
ficha de la película] (2020), ha aparecido una variante, insertar fantasía en este universo realista muy codificado, y esa es la apuesta de La Gravité, de Cédric Ido, presentada en la competición Platform del 47º Festival de Toronto.

Cara A: Christophe (Jean-Baptiste Anoumon) vuelve al barrio después de tres años en prisión. El barrio está controlado por un grupo de jóvenes llamado los Ronin (samurái sin amo) que trafican con una droga de síntesis de una manera muy organizada (sin armas, sin teléfonos, acciones sociales en favor de los habitantes, sino la clásica intimidación cuando se encuentran con potenciales competidores). En el panorama, el que ha regresado, solo sueña con dinero y venganza (fue denunciado a la policía) y vuelve a cruzarse con figuras de su época pasada: los hermanos Daniel (Max Gomis) y Joshua (Steve Tientcheu). El primero, atleta de alto nivel, se prepara para irse a Canadá con Sabrina (Hafsia Herzi) y su hija pequeña, Naya. Pero no se atreve a hablar con Joshua, discapacitado en silla de ruedas a causa de una caída de juventud (en la cual murió el hermano de Christophe, en una impactante escena inicial) y con personalidad muy fuerte que esclavizó a Daniel a diario para que lo ayudara en sus pequeños asuntos de drogas. Añade a esta tela de araña al indiscreto Jović (Olivier Rosemberg), que navega entre los jefes antiguos y nuevos del barrio, y a cuatro distribuidores encargados de mantener el dinero de la droga a salvo de los codiciosos en sus apartamentos, y tienes los ingredientes para una posible explosión de violencia que mezcla rencores del pasado y proyecciones del futuro…

Cara B: Se anuncia un fenómeno astronómico inédito e inminente, seguido de cerca por los medios de comunicación: los ocho planetas del sistema solar se están alineando. El cielo enrojece cada vez más y nadie sabe el impacto real que tendrá esta alineación perfecta en la vida terrestre, y en la gravedad, una de las cuatro interacciones fundamentales que rigen el universo, la verticalidad humana, algo que nos retiene en la tierra y evita la caída de los cuerpos. Una alegoría de atmósfera preapocalíptica que cobrará sentido en el corazón de las intensas peleas de la ciudad…

La Gravité, el segundo largometraje de Cédric Ido después de La Vie de Château [+lee también:
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ficha de la película] (2017), teje una mezcla original entre estos dos ingredientes principales. La vida de un barrio donde cada uno espía y conspira en los pasillos, las dificultades de salir de este pequeño mundo lleno de lealtad, traiciones y violencia encubierta (una pelea dantesca), que colisionan con una dimensión de ciencia ficción creíble y muy bien recreada (mención especial a la música compuesta por Evgueni y Sacha Galperine), en una película muy prometedora de un talento todavía perfectible.

La Gravité ha sido producida por Une Fille Productions y coproducida por Trésor Cinéma. Kinology gestiona las ventas internacionales.

(Traducción del francés)