15/09/2022 - Después de Guapis Maïmouna Doucouré se lanza con éxito a la fábula moderna, siguiendo a una joven heroína muy determinada, que sueña con ser adoptada por Michelle Obama

“No existe puerta que no se abra”. Este es el tipo de adagio optimista que suena osado sobre el papel, pero que no siempre es fácil de concretar en la vida real. Como dice la expresión popular, no hay que creer siempre en Papá Noel. Sin embargo, quien no intenta nada no tiene nada, la cineasta francesa Maïmouna Doucouré ha basado su segundo largometraje, Hawa, presentado en la sección Platform del 47º Festival de Toronto, en esta trayectoria que mezcla un sueño inaccesible, incluso ingenuo, y una voluntad de hierro anclada en una valentía fuera de lo común.

Una película llena de encanto, de ternura y de increíbles peripecias para una estudiante de secundaria fuera de lo común (negro albino), bajo la espada de Damocles de la reubicación en una familia de acogida, y que decide ser adoptada por Michelle Obama, quien se encuentra unos días de paso por París. Una búsqueda a priori ilusoria y que hace reír a quienes conocen su deseo secreto. Pero Hawa (Sania Halifa), habituada a las burlas y a los obstáculos desde la infancia, tiene un carácter fuerte y la idea de lo imposible no la frenará, ni le impedirá creer. 

Con sus gafas bifocales, su corte afro diáfano y su laconismo incisivo, Hawa es una joven adolescente soñadora, pero tiene sus referencias en su barrio cosmopolita de París: su trabajo de media jornada como cajera en la tienda de comestibles de los Ranvi, su vecino y compañero de colegio, el tímido Erwan (Titouan Gerbier), y sobre todo su abuela Maminata (Oumou Sangaré), una juglar que le transmite su arte del canto narrativo, que le enseñó bambara y a quien ella ama profundamente. Pero Maminata está gravemente enferma y pronto dejará este mundo. Así que tiene que encontrar un hogar, un futuro para Hawa que rechaza todas las propuestas de adopción (primos, pues no hay rastro de los padres).

La portada de Paris Match interpela a Hawa, que decide contra viento y marea ser adoptada por la exprimera dama de los Estados Unidos. Pero, ¿cómo abordarla y conseguir hablarle? Armada con una scooter y un descaro inimaginable, Hawa multiplicará los intentos rocambolescos y se encontrará en su camino con algunas celebridades (la cantante Yseult, el astronauta Thomas Pesquet), que le tomarán afecto. Pero la intocable Michelle Obama siempre se le escapa, por lo que Hawa sigue insistiendo…

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ficha de la película], que le proporcionó de inmediato a una gran notoriedad, Maïmouna Doucouré ha elegido con inteligencia un registro diferente y bastante inesperado, el del cuento moderno (pero suficientemente realista para preservar un sello de autenticidad). En el camino de su protagonista desplazada y en la frontera entre la comedia y el drama, la cineasta desliza las temáticas que le interesan (la cultura doble, la energía de la juventud, la indulgencia, el hecho de que “una sola estrella sea suficiente para continuar creyendo”, etc.) sin caer en la caricatura. La película, rica en desventuras sorprendentes (con un guion escrito por la directora, con Alain-Michel Blanc y Zangro), resulta ser también muy entretenida, pero también conmovedora en su fe en los poderes de la inocencia decidida (“no hace falta dejarse hacer”). Una transmisión de valores humanistas que se hacen eco del destino de una cineasta que ha trazado su camino abarcando todo lo que a priori parecía imposible y que seguramente no ha terminado de sorprendernos.

Hawa ha sido producida por Bien ou Bien Productions para Amazon Prime Video.

(Traducción del francés)