19/09/2022 - La sencilla y muy humana película de Christian Carion viaja a los recuerdos de una vida y a los lazos tejidos entre una pasajera y un taxista interpretados por Line Renaud y Dany Boon

“¿Te importa si hacemos un pequeño desvío? –No es nuestro camino –Ya lo sé, pero, ¿cuánto vamos a tardar? ¿Diez minutos? ¿Qué son diez minutos en la vida? No son nada”. Desde Paseando a Miss Daisy (1989) a Green Book (2019), el acercamiento progresivo entre dos personajes a priori muy diferentes y que comparten el mismo vehículo se ha impuesto como un subgénero cinematográfico. Un paseo con Madeleine [+lee también:
tráiler
ficha de la película], de Christian Carion, es una conmovedora variante parisina en cámara rápida, que ofrece grandes papeles a sus dos intérpretes principales. La película hizo su estreno internacional en el programa Special Presentations del Festival de Toronto, después de abrir a finales de agosto el Festival de Cine Francófono de Angulema y antes de su estreno en Francia el 21 de septiembre a través de Pathé.

“Tengo un bonito recorrido para ti, en Bry-sur-Marne, la clienta está de acuerdo en conectar el medidor inmediatamente”. Charles (Dany Boon), de 46 años, encarna el prototipo del taxista parisino irascible, gruñón y portador de toda la miseria del mundo sobre sus hombros con una rabia contenida lista para explotar en cualquier momento: “Yo me paso la vida en este taxi, eso te vuelve loco. Doce horas al día, seis días a la semana, y todo para ganar qué… Una vez pagado el alquiler del coche, los impuestos y demás (…) Tiene algunas ventajas: no tengo jefe y cuando no quiero hablar, no hablo. Pero también está la angustia de alimentar a esa familia que no vemos. Y encima conducir para clientes borrachos, agresivos, violentos, tacaños…”.

La abuela que quiere hablar a toda costa con un taxista que hace el mínimo esfuerzo por mantener una conversación educada mientras espera a que el trayecto termine es un clásico para el que Charles se prepara cuando su clienta, Madeleine Keller (Line Renaud), de 92 años, empieza a hablar. Sin embargo, la situación enseguida se sale de lo normal, pues la anciana debe ir hasta la otra punta de París para entrar en una residencia. Un giro importante en su vida que la sumerge en sus recuerdos más memorables (el amor y los dramas), y que ella le cuenta a Charles, mediante desvíos nostálgicos o circunstancias que le impone al taxista. Se teje un vínculo entre los dos protagonistas de este espacio cerrado rodante…

Une belle course, una película académica y popular, funciona a la perfección en su sencillez narrativa en doble reflejo, llevada por sus dos intérpretes a alquimia más natural. La película, que retrocede en el tiempo a través de flashbacks (Alice Isaaz en el papel de la versión joven de Madeleine), también trata con intensidad el tema de la violencia conyugal. En cuanto a los “buenos sentimientos y dramas” que ocupan una parte central del proceso creativo de la historia (un guion de Cyril Gély adaptado por el director), Christian Carion forma parte de ese grupo de cineastas cuya humanidad está tan consolidada que trasciende fácilmente los arquetipos y toca las emociones, más allá de las recetas. Algo que no excluye un dominio de los ingredientes de la puesta en escena e incluso de la innovación. En efecto, el director y su director de fotografía, Pierre Cottereau, han grabado en un estudio todas las escenas del taxi en movimiento por las calles de París y de sus suburbios, instalando alrededor del vehículo pantallas sobre las que se proyecta el trayecto grabado previamente desde todos los ángulos. Un rodaje inmersivo para los actores (así evitaron las pantallas verdes), que sumergen al espectador en un viaje visual muy creíble por las calles de la capital francesa, salpicado de un jazz envolvente cantado por Dinah Washington y Etta James.

Un paseo con Madeleine, llevada a cabo por Une Hirondelle Productions, fue coproducida por Artémis, TF1 Films Production y Pathé (que también gestiona las ventas internacionales).

(Traducción del francés)