23/09/2022 - Marco Martins firma un atmosférico y oscuro retrato de una mujer que ayuda a la vez que explota a trabajadores portugueses en una deprimente ciudad de la costa inglesa

Aunque el texto de la pantalla sitúa a Great Yarmouth: Provisional Figures [+lee también:
tráiler
entrevista: Marco Martins
ficha de la película] en la realidad —a finales de 2019 en la ciudad costera inglesa de Great Yarmouth, para ser exactos—, la historia está muy alejada del enfoque social realista empleado para abordar la vida británica. La película, estrenada en competición en el Festival de San Sebastián, es una oferta más atmosférica y emocionante, firmemente alineada con la perspectiva de una mujer que, para su propia supervivencia, lanza una mirada cambiante, caprichosa y evanescente al mundo.

Beatriz Batarda interpreta a Tânia, “la madre de los portugueses”, una mujer que organiza el trabajo, el transporte y el alojamiento de los pobres trabajadores portugueses que llegan a esta ciudad bastante sombría para trabajar en la industria avícola local. El director Marco Martins nos muestra esa realidad: los primeros días, los edificios deteriorados que albergan a tres personas en una habitación, la sangre que gotea de las paredes del matadero. Son imágenes sorprendentes y de confrontación, pero Tânia y la película misma ya están un poco separadas de ellas. Con los auriculares puestos, mientras saluda y recibe a los trabajadores, Tânia escucha clases de inglés, centradas principalmente en frases útiles en el contexto de la hostelería. Repite frases como, “Podemos aportar muchos, muchos trabajadores”, “buenos servicios” y “una habitación con vista al mar” con tanta frecuencia que suenan más a un mantra o a una manifestación que a otra cosa. Sueña con reformar un viejo hotel y recibir a turistas jubilados, con noches de bingo y danza en línea. Tânia trabaja duro y sus responsabilidades son enormes: la forma en que vaga por este complicado mundo aferrándose a un sueño, repitiendo las palabras de bienvenida que ella espera necesitar algún día, le permite sobrevivir. Martins y el director de fotografía, João Ribeiro, enfatizan la oscuridad que envuelve todo a través de la suciedad y la basura de las habitaciones en las que duermen los trabajadores, el tono verde del papel pintado, los tonos naranjas y marrones de las camas y los muebles. Un zumbido repetitivo, como olas de malestar general o reflujo ácido, es una constante desconcertante; parece y se siente como una pesadilla.  

¿Cuál es nuestra gracia salvadora? Otra película podría haber concebido a su protagonista como persona fría y calculadora resignada a los cambios del mundo, sin remordimientos en cuanto al trato injusto que reciben los trabajadores bajo su cuidado. Tânia no es así. Ella intenta ayudar, a su propia y limitada manera, a los que no pueden salir adelante. Por supuesto, nunca puede hacer suficiente, y no logra proteger a un hombre que se ha encerrado en su habitación desde que se rompió la mano en la sección de “deshuesado” de la fábrica. El castigo de los cobradores de impuestos enfadados es rápido y despiadado. Tânia, que tiene un negocio que regentar y un sueño que perseguir, acude a un hombre extraño de los pantanos de la zona para deshacerse del cuerpo.

Batarda parece positivamente dolida en el papel de una mujer rota y desesperada, reducida por las circunstancias a vivir en una realidad a la que apenas puede hacer frente. Su torbellino interior es difícil de ver, y solo el tenue resplandor de su humanidad latente nos da algo a lo que aferrarnos. Great Yarmouth: Provisional Figures es una mirada franca y estilizada al poco conocido efecto secundario del capitalismo moderno, y su perspectiva humanista de algunas de las personas atrapadas en su engranaje es un bálsamo en un mundo doloroso y profundamente deprimente. Pero su visión desesperada y trágica la hace bastante predecible y convierte lo que podría haber sido una experiencia verdaderamente emotiva y gratificante en algo más cercano a un interesante ejercicio formal.

Great Yarmouth: Provisional Figures ha sido producida por Uma Pedra no Sapato, Vende-se Filmes, Les Films de l'Après-midi y Damned Films.

(Traducción del inglés)