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JIHLAVA 2022

Crítica: Evangelio mayor

por 

- La película de Javier Codesal, ganadora del Premio al Punto de Vista Original de Ji.hlava, combina lo espiritual con lo carnal

Crítica: Evangelio mayor

El director español Javier Codesal recibió el Premio al Punto de Vista Original del Festival de Ji.hlava por Evangelio mayor [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
(ver la noticia), donde los jueces afirmaron que “El cine todavía es muy joven y los nuevos enfoques están abiertos”. De una forma extraña, tiene sentido que esta afirmación sea tan opaca como la propia película, donde Codesal juega con muchos juguetes, pero nunca llega a explicar por qué.

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En la residencia Josete Massa de Madrid, la primera residencia de ancianos del mundo para ciudadanos LGBTQI+, la religión se encuentra con aquellos a quienes a excluido, y lo espiritual se combina con lo carnal. Codesal pide a sus protagonistas que vuelvan a los textos bíblicos, que vuelvan a imaginarlos y quizás también a apropiarse de ellos. Ahora, cuando un ángel le dice a María que se quedará embarazada y dará a luz un hijo al que llamará Jesús, ella le responde: “¿Cómo es posible? Soy una mujer transgénero”. Las cosas están cambiando, eso está claro: tanto en su enfoque de algo que se considera indiscutible como en su entorno, en proceso de cambio. A veces incluso con algo de humor.

Evangelio mayor es interesante, al menos durante un rato, ya que es demasiado larga y, como consecuencia, se vuelve repetitiva. Quizás la idea era subrayar los rituales en torno a la religión, la repetición constante que hace creer a las personas. Sin embargo, algo la salva de convertirse en un ejercicio vacío: un giro personal, ya que hay una historia sobre lo que es envejecer siendo miembro de la comunidad LGBTQI+, o simplemente envejecer. 

“Cuando eres joven, te vistes y vas a donde quieras. Cuando envejeces, levantas las manos y otra persona te vestirá y te llevará a donde no quieres ir”, dicen en la película y lo sientes. Hay historias sobre lidiar con la enfermedad, con el SIDA, con seguir siendo un ser sexual cuando el cuerpo te traiciona y se debilita. Quizás estas son las partes más conmovedoras. 

Al principio, Evangelio mayor parece un ensayo o una disertación, ya que la película empieza con declaraciones largas. Hay una mención al Libro de J, y también a la teóloga queer Marcella Althaus-Reid —“Toda teología es teología sexual”, solía decir—, así como a los sospechosos habituales Pasolini y Jarman. Codesal quiere hablar de muchas cosas en su obra, y encontrar una forma visualmente dinámica de hacerlo no parece estar entre sus prioridades. Pero siente mucho afecto por las personas a las que ha invitado a participar, y a quienes ha convencido de exponer sus cuerpos. Deambulando por pasillos vacíos, desnudos, también están mudando la piel. Al final, llenos de aceptación y quizás también de gracia.

Evangelio mayor ha sido producida por Javier Codesal y Julia Sieiro.

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(Traducción del inglés)

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