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CINEMED 2022

Crítica: En plein feu

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- El tercer largometraje de Quentin Reynaud es un ejercicio de discreción en un género que habitualmente ofrece una acción más intensa

Crítica: En plein feu
André Dussollier y Alex Lutz en En plein feu

A medida que el planeta se calienta, e incluso sus habitantes más privilegiados son plenamente conscientes de las alteraciones climáticas, la idea de tener que abandonar nuestros hogares en algún momento para huir de un incendio incontenible es cada vez menos remota. En plein feu [+lee también:
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, de Quentin Reynaud, estrenada en el Festival BFI de Londres antes de proyectarse en el Festival de Cine Mediterráneo de Montpellier, parece un intento de presentar este tipo de escenario de un modo más realista, comparado con otras películas sobre situaciones similares, la mayoría de ellas procedentes de Hollywood, como Llamaradas (protagonizada por Kurt Russell), o la reciente Héroes en el infierno (con Josh Brolin). Mientras que estas dos producciones de gran presupuesto hacen hincapié en la espectacularidad, subrayando la idea de que el fuego es una especie de bestia mítica con voluntad propia, a través de impresionantes efectos especiales y centrándose en los equipos de bomberos que intentan ser más listos que un enorme acontecimiento natural, la película de Reynaud se centra en la experiencia de un hombre y en los efectos del fuego.

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Alex Lutz (al que vimos recientemente en Vortex [+lee también:
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, de Gaspar Noé) es Simon, un padre que intenta sin éxito contactar por teléfono con su hijo al principio de la película. Su compleja relación es un reflejo de la que mantiene con su propio padre, Joseph (André Dussollier), que está viviendo con él en su casa en el sur de Francia. Por otra parte, sus tensas conversaciones revelan también una especie de sensatez adulta, una especie de rendición por ambas partes, asumiendo que simplemente no están de acuerdo en todo. Sin embargo, Simon y su hijo todavía no han alcanzado ese punto, y cabe destacar el trabajo de Reynaud y sus actores a la hora de conseguir que la película sugiera tanta historia personal sin caer en la simple exposición.

En ese sentido, podría resultarnos tentador criticar el empleo de la radio, que Simon y Joseph escuchan continuamente para estar al tanto de los mensajes de las autoridades sobre los incendios cercanos. No obstante, a medida que avanza la película, queda claro que esta radio es también un dispositivo muy conveniente que utiliza Reynaud para insinuar una gran catástrofe que, en realidad, nunca llegamos a ver. Lo cierto es que Simon y Joseph tampoco la ven, y esta es precisamente la particular fuente de tensión de la película. Mientras que padre e hijo se ven obligados a abandonar la zona, Reynaud permanece con ellos, retratando el progresivo aumento de su angustia y sus intentos de mantener la calma. Cuando les dicen que deben quedarse en su coche, inmóviles en medio de la carretera por culpa del tráfico, Simon y Joseph permanecen así durante horas, convencidos de que las autoridades saben lo que hacen, incluso cuando el fuego se acerca cada vez más a ellos. A pesar de que ambos están familiarizados con los bosques cercanos y las carreteras regionales, permanecen en el coche incluso cuando el humo se hace visible (mediante un CGI poco convincente). Hace falta que las llamas salten prácticamente a su coche para que finalmente decidan largarse de allí.

Dejar las cosas de lado hasta que es demasiado tarde es uno de los temas principales de En plein feu, aunque es un rasgo tan propio de nuestras vidas modernas que podría pasarnos fácilmente desapercibido. Sin embargo, Reynaud lo subraya de una forma bastante torpe, mediante flashbacks y secuencias oníricas que ponen de manifiesto el sentimiento de culpa de Simon a causa de una tragedia familiar previa, y la forma en que los remordimientos le han alejado de su hijo. Por otra parte, estas inserciones dramáticas restan tensión a la película, que está realmente bien construida por momentos. Desgraciadamente, también revelan un enfoque excesivamente sentimental, que se traslada también a los improbables giros del destino que marcan la huida de Simon y Joseph. Es una lástima, ya que las sólidas interpretaciones de Lutz y Dussollier tenían el potencial de ofrecer una película conmovedora que no necesitaba tomar atajos hacia la emoción.

En plein feu es una producción de Alliance de Production Cinématographique. StudioCanal se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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