email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

TURÍN 2022

Crítica: Orlando

por 

- La película de Daniele Vicari rodada en Bruselas retrata un afectivo encuentro-desencuentro entre dos generaciones, y quizá también entre dos tipos de cine

Crítica: Orlando
Michele Placido y Angelica Kazankova en Orlando

En Orlando [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Daniele Vicari, proyectada Fuera de Competición en el Torino Film Festival y que llega hoy, 1 de diciembre, a los cines italianos distribuida por Europictures, hay un encuentro cariñoso y un choque entre dos generaciones que están a kilómetros de distancia tanto a nivel geográfico como cultural.

El protagonista que da título a la película, retratado con gran naturalidad por el director y actor de 76 años Michele Placido, es un granjero arisco y taciturno de Sabina, una zona rural en el noreste de Roma, que recibe una llamada de ayuda de su hijo, que se mudó a Bruselas hace veinte años. Orlando nunca ha perdonado al joven su “traición” de emigrar a otro país, pero ahora Valerio está en el hospital y necesita a su padre. Orlando, que apenas habla italiano, llega a la capital belga para enterarse de que su hijo ha muerto, dejando sola a su nieta, Lyse (Angelica Kazankova), una niña de 12 años alegre y decidida. A Orlando le gustaría llevarse a la niña, como si fuera un conejito recalcitrante al que hay que agarrar por las orejas. Pero Lyse, rechazada por su madre al nacer, se resiste. ¿Por qué debería dejar su colegio, su querido patinaje, y a sus amigos para vivir en el campo con un amargado? Enfrentado a los servicios sociales que siguen el caso (Fabrizio Rongione y Christelle Cornil), Orlando piensa en una posible solución: podría dejar a la niña a los servicios sociales y volver a su casa, con su huerto y sus animales. Pero el abuelo y la nieta empiezan a olfatearse el uno al otro, se vuelven más cercanos, y hablan del sueño incumplido de Valerio de abrir un restaurante italiano en Bruselas.  

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Vicari graba a su anciano protagonista con primeros planos intensos del rostro de Placido, dirigiéndolo por las calles de una ciudad que cree hostil pero a la que no teme, y que está muy bien grabada por Gherardo Gossi. La película, escrita por el propio Vicari y Andrea Cedrola, se desarrolla de manera lineal, sin ningún giro dramático en particular y sin alcanzar ningún tipo de clímax, todo gira en torno a la relación familiar que está echando raíces. Hay un gran componente autobiográfico en la película, ya que el título también hace referencia al nombre del padre del director (Vicari procede de la misma región que el protagonista, y en las primeras imágenes italianas de la película, vemos la ciudad donde nació el director). Pero, ante todo, hay una contradicción entre dos mundos antiéticos que nunca parecen coincidir y que Vicari ha retratado desde su segunda película, L’orizzonte degli eventi, donde mostraba pastores que habían inmigrado desde Europa del Este pastoreando sus ovejas a las montañas de Gran Sasso y llevaban una vida arcaica, mientras, debajo de ellos, en las entrañas de la tierra y en uno de los laboratorios científicos más avanzados de Europa, equipos internacionales llevaban a cabo investigaciones sobre la física de la materia. Pero desde una perspectiva euro meta cinematográfica, nos gusta pensar que Vicari está hablando del séptimo arte. Por un lado, el cine de los grandes maestros, mientras confía en un actor que pasó a convertirse en director, con una primera película sobre inmigración y que ha actuado bajo las órdenes de Monicelli, Comencini, Bellocchio, Damiani, Rosi, Ferreri y Wertmüller. Vicari también dedica su película a Ettore Scola, con quien fundó una escuela de cine en los últimos años de vida del maestro. Esta marca de cine dialoga y se entrega poco a poco a un “nuevo cine”, que construye un puente con Europa, del cual Bruselas y la joven deuteragonista son símbolos y a quienes el director pertenece innegablemente, ya que viene del mundo del documental y ha investigado situaciones sociales y políticas.

Orlando es una coproducción entre Bélgica e Italia, llevada a cabo por Rosamont en asociación con RAI Cinema y Tarantula Belgique. Vision Distribution gestiona las ventas internacionales.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del italiano)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy