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PELÍCULAS / CRÍTICAS Bélgica / Francia

Crítica: Temps mort

por 

- Eve Duchemin retrata con intensidad y sutilidad la escapada imposible de tres presos de permiso, que intentan permitirse vivir

Crítica: Temps mort
Karim Leklou en Temps mort

Empieza con el ruido, el alboroto y los gritos de angustia. Vidas ahogadas, como los gritos de los reclusos detenidos detrás de las puertas blindadas, en el mundo cerrado de la prisión, como una apnea interminable esperando volver a la superficie, al exterior. Precisamente al exterior es a donde se dirigen M. Hamosin, Anthony y Colin este fin de semana. Allí donde los esperan, o no, sus familias, divididas por sentimientos contradictorios, en sus 48 horas de permiso. Pero, ¿qué más pueden permitirse estos tres hombres reducidos a su número de recluso? La principal baza de Temps mort [+lee también:
tráiler
entrevista: Eve Duchemin
ficha de la película
]
, el primer largometraje de ficción de Eve Duchemin estrenado en el Festival Ramdam de Tournai, de su escritura y de su dirección, es su intento de hacer surgir a los hombres bajo la coraza de los reclusos, sus angustias, sus heridas, sus frustraciones. Su lucha para encontrarse con quienes eran en su vida anterior, antes de ser devueltos a sus crímenes.

M. Hamosin (interpretado con una densidad increíble por Issaka Sawadogo) llega al final de una larga pena. Tiene un fin de semana para firmar un contrato de trabajo, un paso obligatorio para hacer posible su salida definitiva. Un fin de semana, quizás, para reanudar los vínculos familiares que rompió al entrar en prisión.

A Anthony (el siempre intenso Karim Leklou) todavía le quedan algunos años, hastiado de los antipsicóticos que apagan el fuego de sus pulsiones destructivas. Acogido por su familia, ve la vida que se escapa, que se desarrolla sin él, y que intenta aprovechar a pesar de todo, aunque la cuenta atrás esté disparada.

Por último, Colin (interpretado por un recién llegado, Jarod Cousyns), que es el protagonista, ha dejado atrás buena parte de su despreocupada adolescencia entrando en prisión. Mientras se reencuentra amigos que no necesariamente le desean lo mejor, su madre y su hermana lo acogen con reticencias.

Aunque la cárcel no aparece en los primeros minutos de la película, está presente todo el tiempo en la mente de los reclusos, perdidos tan pronto como dejan de estar encerrados, ni sus cuerpos ni sus emociones, cuando se acercan al punto de ruptura o ceden las barreras. La película muestra cómo la cárcel frustra los cuerpos y crea el vacío, cómo impacta también en las familias, que navegan entre el amor y las dificultades, el resentimiento, la vergüenza, la bondad y un apoyo a menudo inquebrantable a pesar de todo. Los detenidos, agobiados por el peso de su delito, y la deuda que han contraído cara a cara con sus allegados y la sociedad, deshumanizados por una institución carcelaria que deja huella, deberán aprender a restablecer el diálogo social y familiar que solo puede dejarles vislumbrar una posible redención.

Temps mort ha sido producida por Kwassa Films (Bélgica), que ya había acompañado a la directora en su mediometraje documental En bataille, portrait d’une directrice de prison, Magritte al mejor documental. La película ha sido coproducida por Les Films de l'autre cougar (Francia). Pyramide International gestionará las ventas internacionales y también distribuirá la película en Francia. Temps mort se estrenará en Bélgica el próximo 19 de abril a través de O’Brother Distribution.

(Traducción del francés)

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