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SUNDANCE 2023 Premieres

Crítica: Rye Lane

por 

- Es difícil no enamorarse de la comedia romántica de Raine Allen Miller, y de un cameo de alguien perteneciente a la alta cocina

Crítica: Rye Lane
David Jonsson y Vivian Oparah en Rye Lane

La cinta británica Rye Lane [+lee también:
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es un recordatorio de por qué, tras años de burlas continuas, al mundo le vendrían bien unas cuantas comedias románticas más. Es una película dulce, divertida y que te hace sentir bien. La cineasta debutante Raine Allen-Miller conoce bien el género y cumple con todas las expectativas: hay un encuentro romántico (en un baño público), la clásica dinámica de “pasará o no pasará”, colores brillantes, algo de afecto y un tipo vestido de vaquero paseándose por el fondo, aunque no sabemos muy bien por qué.

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En la película, presentada en Sundance, Dom y Yas (interpretados por David Jonsson y Vivian Oparah) son dos completos desconocidos que hacen lo que Nicole Holofcener proponía con su película de 1996: caminar y hablar. Dom está pasando por una crisis, llorando desconsoladamente en un baño del sur de Londres después de ver que su ex se ha marchado con otro tío (que resulta ser su mejor amigo), todo gracias a la desgarradora tortura de las redes sociales. Yas, que solo ha entrado para hacer pis, se muestra intrigada y comprensiva, ya que a ella también le han hecho daño. Surge un vínculo entre ambos, se ríen y disfrutan de algo que ocurre muy pocas veces en la vida: un día perfecto. También habrá un conflicto, por supuesto, porque no hay comedia romántica que se preciesin uno, como bien saben Julia Roberts y Sandra Bullock.

Lo que hace que la película resulte especialmente fresca es el hecho de que Allen-Miller abraza los aspectos más traviesos, como reconocer al amante secreto de tu chica por su pene. Además, Yas no es la típica “patosa” de comedia romántica, esa chica guapísima que finge ser normal, bebiendo sola mientras escucha All by Myself. De hecho, parece más fuerte que Dom, el contable, y también mucho más guay. Al menos al principio, pero esta dinámica va a cambiar.

Allen-Miller crea su propio universo, agradable y extravagante, rodado de forma muy curiosa por Olan Collardy. Hay menciones al talento de Steve McQueen (“hechos”) y un deseo de ligar con jóvenes guapas “sin medias”, un robo de vinilos y un cameo de cierta estrella de cine malhumorada, que trabaja en un local con un nombre tan ridículo que no debemos estropear la sorpresa. Por otra parte, hay que decir que, en ocasiones, Rye Lane parece tomar prestada la estética de las películas infantiles. Deben ser todos esos colores brillantes.

Son muchas cosas, y a veces resulta demasiado empalagoso. Además, debería prohibirse cualquier escena de karaoke durante al menos un par de años. Con todo, Rye Lane es una celebración de la juventud, de tener todo el tiempo del mundo, de conocer a alguien nuevo en un día soleado (hasta aquí, muy parecido a Antes del amanecer), pero también del simple hecho de que “todo el mundo tiene problemas”. Los tenemos. De verdad que sí, así que cualquier película que te haga feliz, aunque sea un poco, debe ser apreciada.

Rye Lane es una producción de Searchlight Pictures, BBC Films, el BFI, DJ Films y Turnover Films.

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(Traducción del inglés)

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