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BERLINALE 2023 Generation

Crítica: When Will It Be Again Like It Never Was Before

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- BERLINALE 2023: La cinta de Sonja Heiss, que ha inaugurado Generation 14plus, es grande y compleja y transmite el mensaje correcto, rechazando subestimar la capacidad del público joven

Crítica: When Will It Be Again Like It Never Was Before
Arsseni Bultmann y Pola Geiger en When Will It Be Again Like It Never Was Before

El tercer largometraje de la directora alemana Sonja Heiss, When Will It Be Again Like It Never Was Before [+lee también:
tráiler
entrevista: Sonja Heiss
ficha de la película
]
, es un trabajo notable con el que abrir la sección Generación 14plus de la Berlinale este año. Basada en el bestseller autobiográfico de Joachim Meyerhoff y producido por la prestigiosa compañía alemana Komplizen Film junto con la filial local de Warner Bros, es una película indudablemente grande y compleja que podría tener mucha aceptación en territorios de habla alemana y, si se le presta la atención adecuada, también en el resto del mundo.

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El guion de la película corre a cargo de Heiss y Lars Hubrich y empieza en 1974, cuando Josse (Camille Loup Moltzen), de siete años, llega al hospital psiquiátrico Hesterberg de Schleswig-Holstein, donde su padre, Richard (Devid Streisow), empieza a ejercer como director. El joven parece ser lo que en aquella época la gente habría llamado “hiperactivo”, mientras que hoy probablemente se le diagnosticaría de TDAH. No obstante, una parte crucial del mensaje de la película pasa por evitar subrayar etiquetas de ese tipo (los pacientes del hospital están interpretados por neurodivergentes no profesionales). Únicamente vemos que el chico tiene dificultades en el aprendizaje y que no encaja fácilmente, mientras sus dos hermanos mayores, que le sacan muy poco, Patrick y Phillip, se burlan cruelmente de él, como era de esperar. La madre, Iris (Laura Tonke), hace todo lo que puede, pero suele volar con la imaginación a sus recuerdos de Italia, que se esfuerza en pintar con gran torpeza, logrando un efecto hilarante. Pronto nos damos cuenta de que Richard la engaña, y nuestro héroe lo intuye, pero todavía no tiene capacidad para entenderlo.

Este primer segmento es el más caótico y, montado ágilmente por Julia Karg, nos presenta a la familia y al chaval a través de una serie de situaciones en las que no estamos seguros de si los cineastas está hablando en serio o de broma, o si algunas de las bromas no hacen gracia o se pierden entre los matices culturales. El enfoque se ajusta a la forma que tiene Josse de percibir el mundo, de la mano de imágenes brillantes y vibrantes cortesía del director de fotografía Manuel Dacosse.

La parte de la infancia termina con la visita del primer ministro al hospital, que a su vez acaba de manera cómica con una pincelada inesperadamente oscura. Este es uno de los puntos fuertes de la película: no intenta mantener entre algodones a los espectadores jóvenes con el objetivo de “protegerlos”, sino que se propone mostrar la vida en toda su complejidad y descarta abiertamente la falsa dicotomía de “normal” y “no normal”. El objeto de deseo de Josse, por ejemplo, es Marlene, diagnosticada de depresión, de la que estará enamorado durante toda su infancia y adolescencia.

Y ahí es precisamente donde lo encontramos en 1983, interpretado con todo el cariño por Arsseni Bultmann. Se siente más cómodo en el mundo, empieza a comprender mejor la relación que mantienen sus padres y se acerca más a Phillip (Casper von Bülow). En consecuencia, el tono se vuelve más sobrio, las escenas se alargan más tiempo y el sentido del humor es más profundo y más oscuro. La segunda parte termina con un acontecimiento algo amargo que da paso a la década de principios de los 90, que ocupará los últimos 20 minutos del metraje. Este tramo completará los arcos de los personajes y envía un mensaje sobre el amor en el seno familiar a pesar de los inevitables defectos y errores.

Los títulos de crédito técnicos son excelentes en general, y las interpretaciones, especialmente las de Streisow y Tonke, logran que las complejidades abordadas resulten convincentes y naturales, por más que a veces el tono de la película no sea muy nítido. La atmósfera es tremendamente amplia, pero el estado de ánimo se mueve en unos niveles muy altos, apuntalado por varias canciones pop conocidas, entre ellas “This Is the Day”, de The The, y “Cosmic Dancer”, de T-Rex, perfectos andamios para la película.

When Will It Be Again Like It Never Was Before es una coproducción de la alemana Komplizen Film y de Warner Bros Pictures.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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