email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

BERLINALE 2023 Forum

Crítica: Cidade Rabat

por 

- BERLINALE 2023: Desafortunadamente, la película de Susana Nobre, que explora un proceso de duelo y búsqueda existencial, no acaba de ofrecer todo su potencial

Crítica: Cidade Rabat
Raquel Castro en Cidade Rabat

La directora portuguesa Susana Nobre regresa a la 73.ª Berlinale con su nuevo largometraje, estrenado en la sección Forum. Cidade [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
Rabat [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
trata los temas del duelo y la búsqueda de un propósito en una vida que a veces parece pasar de largo ante nosotros. La cineasta acompaña a su protagonista, Helena (Raquel Castro), en un viaje desde que pierde a su madre en los primeros minutos de la película hasta que toca fondo, perdiendo todo lo demás: coche, trabajo y dirección en la vida. Tal vez haya algo liberador en el hecho de replantearse la vida a los 40, lanzándose a nuevos retos. Sin embargo, el estilo lacónico de la película la convierte en un visionado complicado, en lugar de contagiarnos la alegría de redescubrir la vida.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Sin seguir una narrativa estricta, Nobre deja que Helena deambule por las calles de su ciudad natal, interactuando con su hija pequeña (que está atravesando la fase adolescente de querer y odiar a sus padres alternativamente) y enfrentándose a los problemas de su trabajo como ayudante de producción en una película. Entre medias, ella y su hermana tienen que hacerse cargo del apartamento, la herencia y el funeral de su madre. Deben vaciar su casa, bonita y acogedora. Cidade Rabat era la calle en la que vivía la madre de Helena, y en la que ella creció. Antes de los créditos iniciales, su voz en off relata ampliamente esos recuerdos de infancia, mencionando a una amiga fallecida hace tiempo y a los extravagantes vecinos que vivían detrás de cada puerta. Es curioso que ni Cidade Rabat ni toda esta exposición de recuerdos vuelvan a desempeñar un papel en la película.

Los diálogos, a menudo artificiales, sumados a esta excesiva cantidad de información, suponen una opción narrativa agotadora que reaparece a lo largo de la historia. Los espectadores tienen que enfrentarse a extensos monólogos sobre los procesos burocráticos que hay que seguir para que se declare muerta a una persona, evaluaciones médicas sobre cómo tratar el eccema en una nalga o cómo llevar las cuentas en una producción cinematográfica. Por supuesto, hay una cierta cualidad intrínseca a estos momentos: la noción de cómo el duelo queda eclipsado por la burocracia y la fría atmósfera de la consulta de un médico, lo que resulta dolorosamente genuino. No obstante, Nobre centra su mirada principalmente en las calles pobres y maltratadas. Podríamos establecer un paralelismo desolador entre el caos de las calles y la vida de Helena, pero probablemente no es eso lo que está en juego.

Castro consigue jugar de forma efectiva con el diálogo mínimo y la agitación interna que transmite su personaje. Su mirada constante y neutra sobre el mundo, así como sus ocasionales arrebatos ante las escenas que se desarrollan frente a ella, son totalmente creíbles. A pesar de todo, hay un cierto nihilismo en su personaje que hace que observarla en su día a día se convierta más en una tarea que una experiencia cinematográfica. Cuando se atreve a ir más allá, bailando en las fiestas o conduciendo bajo los efectos del alcohol, la película alcanza nuevas cotas con su sutil pero hábil retrato de estos acontecimientos técnicamente mundanos. Incluso la sentencia que la condena a realizar servicios comunitarios a cambio de una multa menor tiene momentos mordaces. Puede que Helena sepa cómo filmar los eventos del club deportivo al que se apunta, o cómo mejorar la contabilidad, pero fregar los platos es algo que se le escapa.

Cuando la película cierra finalmente el círculo, devolviéndola al piso de Cidade Rabat, apenas hemos avanzado en términos de narración o a la hora de resolver el enigma de quién es Helena y qué quiere. Tal vez esa sea la intención de Nobre, pero hace que la película sea mucho menos atractiva de lo que podría haber sido.

Cidade Rabat es una producción de la portuguesa Terratreme Filmes y la francesa KinoElektron.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy