BERLINALE 2023 Berlinale Special
Crítica: Golda
- BERLINALE 2023: El biopic elegantemente dirigido de Guy Nattiv debe lo mejor que tiene al impactante retrato de la primera ministra israelí de Helen Mirren

Mujer, madre para su familia, abuela para su país, política e, irremediablemente, estratega militar. Estos son los principales matices del complejo retrato que Helen Mirren nos ofrece de Golda Meir, la cuarta primera ministra de Israel (y primera mujer en ocupar el cargo) que, a su vez, fue miembro del Partido Laborista y toda una fumadora empedernida. Dirigida por el cineasta israelí Guy Nattiv (Skin) y exhibida en la sección Berlinale Special de la Berlinale de este año, Golda [+lee también:
tráiler
ficha de la película] se centra en los tensos días de la guerra del Yom Kippur, donde Israel luchó contra una coalición de Estados árabes liderada por el Egipto de Anwar Sadat y la Siria de Hafez al-Assad en 1973.
No es casualidad que esta crítica comience señalando la profundidad de la interpretación de Mirren. A pesar de estar elegantemente dirigida, la mayor parte, por no decir toda la fuerza de la película, reside en el refinado trabajo de la actriz británica al evocar —y no imitar— la voz y la postura de Meir, mostrando brillantemente tanto la fuerza de voluntad de la estadista como su fragilidad. Esto no quiere decir que el resto del reparto no ofrezca buenas interpretaciones, de hecho, todos los actores secundarios consiguen cumplir con su cometido, especialmente Liev Schreiber en el papel del secretario de Estado Henry Kissinger, Rami Heuberger en el del conflictivo general Moshe Dayan y Ellie Percy como Shir Shapiro, la entrañable secretaria personal de Meir.
Desde el punto de vista estético, la presencia del humo juega un papel fundamental, ya que no solo constituye una de las adicciones que, junto con el café solo, acaban causando la muerte de Meir, sino que aparece en pantalla en diferentes circunstancias y con distintos significados. Algunos de estos significados son: el polvo que dejan tras de sí los bombardeos, un presagio de muerte, visiones propias de aparecer en pesadillas y, más en general, el estado de confusión y desesperanza de la política. En una de las escenas oníricas más llamativas, Meir se tumba en la cama y exhala un poco de humo que se transforma rápidamente en una enorme nube de niebla. Además, en una serie de planos editados con numerosos saltos temporales, se muestra a Meir hablando desesperadamente por teléfono —sin recibir respuesta alguna— mientras el estruendo procedente de los ataques aéreos y de los desgarradores gritos parece acercarse cada vez más, dando al espectador la sensación de que alguien se acerca a ella para capturarla o matarla.
Dicho esto, debemos tener en cuenta dos importantes consideraciones. La primera y más obvia es que el largometraje constituye una narración unilateral, y no es de extrañar, ya que se centra única y exclusivamente en la perspectiva del gobierno y el ejército de Israel, y en ningún momento pretende convertirse en un "testimonio" de la verdad absoluta. La segunda consideración se refiere al hecho de que la mayoría de los diálogos y la totalidad del contexto bélico en el que se enmarca la película guardan una inevitable relación con la actualidad, especialmente si tomamos como referencia las escenas en las que intervienen Kissinger y Meir cuando discuten acerca de la implicación de la Unión Soviética en el conflicto. Estas conexiones con la actualidad quedan patentes incluso cuando Nattiv aporta un toque ligeramente humorístico para “endulzar” esas escenas y consolidar la figura de madre y abuela que representa la estadista israelí.
Al igual que en muchas otras historias de este tipo, Nattiv trata de transmitir un mensaje antibelicista al mostrar a Meir tumbada en la cama del hospital antes de fallecer y reproducir una grabación de su histórico encuentro de posguerra con Sadat en 1977. En los créditos finales, también afirma que la película está dedicada a todas las víctimas de la guerra, independientemente de su afiliación a cualquiera de las partes beligerantes. Dicho todo esto, y sin poner en duda las mejores intenciones de Nattiv, cabe mencionar también que una transmisión más eficaz de este mensaje habría requerido una imagen totalmente diferente, ya que implicaría inevitablemente la presencia concreta en pantalla de “los otros”, así como una mirada más crítica sobre las ambigüedades morales de su país.
Golda es una producción de las británicas Qwerty Films y Perfume Films. Embankment Films se encarga de las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
Galería de fotos 20/02/2023: Berlinale 2023 - Golda
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© 2023 Fabrizio de Gennaro for Cineuropa - fadege.it, @fadege.it
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