email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

BERLINALE 2023 Encounters

Crítica: The Cage Is Looking for a Bird

por 

- BERLINALE 2023: El primer largometraje de la directora chechena Malika Musaeva es un duro y desesperado drama sobre aprisionamiento y liberación

Crítica: The Cage Is Looking for a Bird
Khadizha Bataeva y Madina Akkieva en The Cage Is Looking for a Bird

La generación de nuevos directores rusos emergentes, que tuvieron como mentor a Aleksandr Sokurov, comparten una característica muy particular. Más allá de su posicionamiento en contra de los valores predominantes en el país (lo cual no siempre ha sido el caso para los principales cineastas rusos), actualmente muchos se encuentran viviendo y trabajando fuera de su patria, lo que, dada la actual guerra en Ucrania, podría convertirse en una situación indefinida.

Tras los descubrimientos de Kantemir Balagov y Kira Kovalenko en Cannes (dos cineastas que han abandonado Rusia para establecerse en Estados Unidos), ahora es el turno de Malika Musaeva, que ha presentado su ópera prima, The Cage Is Looking for a Bird [+lee también:
tráiler
entrevista: Malika Musaeva
ficha de la película
]
, en la competición Encounters de la Berlinale (convirtiéndose en la primera película en lengua chechena en estrenarse en un evento de esta magnitud). A pesar de no ser una obra redonda desde el punto de vista narrativo ni temático (lo cual es comprensible, considerando que Musaeva aún está terminando sus estudios de posgrado en la Hamburg Media School), la película demuestra una consumada habilidad cinematográfica y un verdadero talento para el lenguaje visual, mientras dirige su rabia hacia el patriarcado religioso del país con una agudeza inflexible.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

A través de una construcción de personajes habitual en gran parte del cine de festivales contemporáneo, la protagonista, Yakha (interpretada por Khadizha Bataeva, que debuta en el cine, al igual que el resto del reparto), es una heroína con recursos que intenta emanciparse y escapar de la zona rural donde vive, donde cualquier progreso o esperanza están prohibidos. Sin embargo, Musaeva se resiste a crear un arco sentimental y banalmente empoderador para su protagonista, impregnando el relato de un áspero sentimiento de melancolía, de una forma existencialmente desgarradora, siguiendo el estilo del cine filosófico ruso y las grandes novelas del país. Los primeros planos de rostros, fotografiados con una relación de aspecto cuadrada, enmarcada por viñetas curvas, materializan esta esencia, elevando la obra a unas cotas solemnemente poéticas que van allá de sus requisitos narrativos.

A lo largo del primer acto, vemos a Yakha acompañada por su amiga Madina (Madina Akkieva), deambulando sin rumbo y rodando infantilmente por las colinas de su pueblo, a las afueras de Grozny. Hay algo tierno y tal vez romántico en su vínculo, especialmente por parte de Yakha, un factor importante en sus actitudes ante las propuestas de noviazgo y matrimonio de los hombres del pueblo. En una sociedad que parece intrigantemente matriarcal, el hecho de que todos estos hombres sean jóvenes apunta sutilmente al periodo histórico, que Musaeva no aclara inicialmente, ya que esta es una tierra en la que la cultura y las expectativas han permanecido uniformes durante siglos. La historia tiene lugar en algún momento hacia el final de la Segunda Guerra Chechena, que terminó con la readmisión del país bajo el control federal ruso, y muchos de los hombres adultos perecieron en el conflicto. La propia familia de la directora huyó durante este periodo, cuando ella era una niña, y toda su obra está marcada por esta sensación de distancia y extrañeza, una brecha que trata de cerrar catárticamente mediante esta película, iniciando un cauteloso ajuste de cuentas con el pasado.

A medida que la historia alcanza su clímax, mientras Yakha intenta huir del pueblo por su cuenta, descubrimos finalmente y de forma devastadora cómo la “jaula” puede encerrarse dentro del pájaro, por muy decidido que sea su vuelo.

The Cage Is Looking for a Bird es una coproducción entre Francia y Rusia, a cargo de Hype Studios y sokurov.fund. Totem Films se ocupa de las ventas internacionales.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy