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BERLINALE 2023 Panorama

Crítica: Stams

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- BERLINALE 2023: El documental de Bernhard Braunstein sobre la escuela de esquí de élite muestra con habilidad lo que se necesita para llegar hasta lo más alto

Crítica: Stams

La forma en que estos esquiadores pasan por delante de la cámara revela una fuerza sin límites y un físico desbocado. Cualquiera diría que lo que el director Bernhard Braunstein ha hecho ha sido colocar su cámara en medio de una competición mundial, pero las personas que se esconden tras todo ese equipo y esos patrocinadores son en realidad adolescentes que participan en una sesión de entrenamiento. Se trata de alumnos que forman parte de la escuela de esquí de Stams, situada en los Alpes tiroleses, y que constituyen la futura élite de este deporte. Y es que Stams [+lee también:
tráiler
entrevista: Bernhard Braunstein
ficha de la película
]
, que se ha proyectado en la sección Panorama Dokumente de la Berlinale, es un documental que sigue la trayectoria de estos estudiantes durante todo un año a lo largo de su vida escolar, de manera que refleja todos sus altibajos.

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Como la escuela está situada en una zona bastante conservadora y tradicional, el entrenamiento en las pistas culmina normalmente con una misa en la iglesia. Hay una razón de peso para lo que Braunstein hace aquí, y es que el esquí en Austria, y concretamente en el Tirol, es algo más que un pasatiempo, es una religión en sí misma. Y cuando el pastor habla de que todos somos iguales en dignidad, pero quizá no en talento, parece surgir una misión divina que se adueña de los estudiantes: la de esquiar y ganar para su país —que no es solo Austria, ya que los austriacos ricos no son los únicos que envían a sus hijos a Stams—, y esta misión se convierte en su vocación.

Braunstein, que es un apasionado del esquí, no intenta menospreciar o criticar a la escuela ni a los alumnos, ya que en realidad ofrece un caleidoscopio de puntos de vista: los buenos, los no tan buenos y los malos. No destaca los esfuerzos de dos o tres personas por entrar en el equipo de competición, sino que más bien muestra un abanico de personajes, cada uno con sus propias aspiraciones y desafíos. Una chica habla abiertamente de sus preocupaciones sobre qué otra cosa hacer con su vida si no consigue vivir del esquí, mientras que a otra le cuesta fijarse metas tan altas, y parece más bien indiferente. "No es suficiente", le contesta con firmeza su entrenador cuando ella se limita a decir que se conforma con participar en una carrera local.

A pesar del equipamiento de lujo y las excelentes rutinas de entrenamiento que idean estos entrenadores y profesores, esta voluntad de hierro que se trata de implantar en los jóvenes, este triunfo de la mente sobre el cuerpo, a veces parece aterrador. Los jóvenes acaban por no sentir placer ni amor por el deporte, y este es el núcleo del conflicto que Braunstein trata de desvelar lenta pero inexorablemente. Una vez que desaparece la fascinación por esta disciplina tan estricta, resuenan preguntas como las siguientes: ¿Les queda algo de amor por este deporte? ¿Disfrutan de lo que hacen? ¿O estos alumnos se han convertido más bien en máquinas, esclavos de un objetivo que persiguen desde que tenían tres o cuatro años, sin volver la vista atrás ni plantearse otras alternativas?

Las conversaciones sobre lesiones recurrentes, fisioterapia o sobre el miedo a quedarse atrás están siempre presentes, y se perciben en los ojos de los corredores. En este deporte, hablar de roturas de ligamentos es tan cotidiano como hablar de malas notas, y eso es muy duro. Pero, curiosamente, se trata también de un deporte en el que se forjan valores como el compañerismo, la amistad o el apoyo moral, un deporte en el que los adolescentes, aunque sea en momentos puntuales únicamente, pueden soltarse un poco y actuar acorde a su edad.

Atravesar el infierno que supone un deporte de competición como este no es posible si uno permanece aislado del resto; es imprescindible ser un equipo. Y Stams, a pesar de sus agobiantes mecanismos y su alta exigencia, sigue siendo un refugio para perseguir un sueño... y hacerlo juntos.

Stams ha sido producida por la austriaca Panama Films, y Rise and Shine World Sales se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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