Crítica: Being in a Place – A Portrait of Margaret Tait
por David Katz
- BERLINALE 2023: Inspirándose en un proyecto nunca realizado y su archivo personal, Luke Fowler firma un homenaje a la cineasta y poeta pionera Margaret Tait

Estrenada hace apenas un año, aunque convertida ya en una de las obras más valoradas del cine escocés, Aftersun [+lee también:
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ficha de la película], de Charlotte Wells, obligaba al espectador a recorrer sus fotogramas en busca de pistas, como un investigador forense valorando la escena de un crimen. Tanto en la línea temporal del pasado como en la del presente, la mera visión de ciertos objetos aporta un cierre narrativo, especialmente la aparición de una alfombra turca, como souvenir original en un contexto, y como recuerdo sentimental en otro. Por otra parte, un elemento todavía más sutil es la visión de una colección de prosa y poesía de Margaret Tait en la estantería de la habitación de hotel del padre protagonista, Callum, junto a una guía para meditar. Sin embargo, en esta película de símbolos indirectos y cargados de significado, la hija, Sophie, se considera un avatar de la propia Wells. Por tanto, ¿qué otra cosa podríamos deducir de esta pequeña pista sobre el estado mental de su padre?
La reveladora producción cinematográfica y literaria de la propia Tait, así como el documental de Luke Fowler sobre ella, Being in a Place - A Portrait of Margaret Tait [+lee también:
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ficha de la película], seleccionado en la sección Forum de la Berlinale, ofrecen una especie de respuesta, dando la vuelta al concepto de “ansiedad” por influencia de los artistas, cuando la expresión “manantial” de influencia sería más acertada. Teniendo en cuenta la programación de un festival en el que Paul B. Preciado celebró el Orlando de Virginia Woolf por ayudarle a desvelar su verdadera identidad de género, Tait ha sido defendida en los últimos años, especialmente a nivel nacional, como prueba de que puede existir (y existió) un cine británico personal y artesanal (al margen del apoyo institucional), sentando un importante precedente, sobre todo para las cineastas independientes.
Fowler, que trabaja en la intersección entre las prácticas creativas y de patrimonio, está especializado en retratos de artistas radicales y pioneros, pero que abordan su trabajo desde un ángulo oblicuo, burlándose del carácter literal y fácilmente digerible de la mayoría de los enfoques biográficos. Being in a Place está construido a partir de rastros literales y reconstrucciones más artificiales de la obra de Tait, con metraje rodado por Fowler siguiendo la estructura de Heartlandscape, un proyecto nunca realizado en el que la artista documenta de forma poética su hogar en el archipiélago escocés de las Orcadas, junto con varios fragmentos no utilizados y tomas alternativas de sus conocidos cortometrajes, como A Portrait of Ga y Colour Poems.
La propia Tait nunca aparece en el montaje de Fowler, pero su voz, frágil y envejecida, sobresale en varios fragmentos de audio que relatan su historia: desde sus estudios de medicina, pasando por el servicio nacional en el antiguo Imperio Británico, hasta una formación cinematográfica en Roma entre los neorrealistas, y finalmente de vuelta a Edimburgo y a las Orcadas para dedicarse al arte regional por excelencia. Su reputación como poetisa publicada, en paralelo a su trabajo como médico, les recordará a los espectadores a William Carlos Williams (cuyo icónico poema de 28 palabras, “This Is Just To Say”, ha tenido una maravillosa vida posterior como meme en redes sociales), así como a su compañero Jonas Mekas, verdadero entusiasta de la cámara Bolex, que también trató de fusionar las tradiciones complementarias de la poesía y el cine.
Aunque se trata predominantemente de una respuesta amable y plácida al arte pastoral de Tait, la película también encierra una cierta furia, como un montón de gusanos escondidos bajo las hojas caídas: el mundo del arte y el cine británicos rechazaron en su momento a Tait, que terminó como una artista independiente aislada. Por su parte, Fowler pretende asegurarse de que solo sea independiente en espíritu, pero no en notoriedad y aclamación póstumas.
Being in a Place – A Portrait of Margaret Tait es una producción británica, a cargo de Luke Fowler y Sarah Neely.
(Traducción del inglés)
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