08/03/2023 - En su séptimo largometraje documental, el búlgaro Tonislav Hristov retrata una "especie en peligro de extinción" y revela curiosos detalles sobre un fenómeno local

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ficha de la película], que se ambientaba en un pueblo búlgaro prácticamente despoblado, y espiritualmente relacionado con el protagonista desplazado de The Good Driver [+lee también:
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ficha de la película], el personaje principal de The Last Seagull [+lee también:
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entrevista: Tonislav Hristov
ficha de la película] completa el retrato grupal de hombres pintado en las películas de Tonislav Hristov. Todos ellos han llegado a puntos de inflexión en sus vidas y se ven obligados a tomar decisiones cruciales. La película acaba de estrenarse en la Competición Internacional del Festival Internacional de Cine de Documentales de Tesalónica, casi en paralelo con The Good Driver, que también tuvo su estreno mundial en Tesalónica en noviembre y pronto se enfrentará con otros títulos en la competición principal del Festival Internacional de Cine de Sofía.

The Last Seagull comienza con extractos de archivo filmados en secreto extraídos del corto documental Seagulls (1977) de Hristo Kovachev, en donde se ve a Casanovas anónimos y mundanos en la costa búlgara del Mar Negro tratando de ligar (principalmente y preferiblemente) con turistas occidentales haciendo alarde de una excesiva galantería. En ese momento, la naturaleza cerrada del país, atrapado como estaba en las garras del régimen comunista, parecía eterna, y por lo tanto la película va directa al grano desde el principio: coquetear con mujeres extranjeras no era simplemente una actividad divertida, sino que también abría las puertas a mundos que apenas eran accesibles en ese entonces.

En la actualidad, la película persigue a uno de esos soñadores cosmopolitas que viajaron por el mundo a través de sus conquistas románticas, y que lograron pagar las facturas gracias a sus encantos, al menos de forma estacional. En las siguientes escenas, conoceremos a Iván, un ex socorrista de playa que aparece también en The Good Postman, y que aún ensaya sus viejos trucos en un intento de ordenar su vida y establecerse con una mujer próspera en los años crepusculares de su glamur masculino.

A través de los testimonios que se ponen al descubierto frente a la cámara, pero también de las conversaciones y llamadas telefónicas de sus amigos, sabemos de sus numerosas aventuras e intentos fallidos de vivir en el extranjero con varias mujeres, y también de su nuevo nieto en Ucrania, de un hijo que ha cortado todo contacto con él. Atrapado entre la penuria, el avance de los años y el desvanecimiento natural de su jovialidad, Iván se enfrenta a la necesidad de asumir la responsabilidad de su propia vida aclarando los errores del pasado y del presente, para que sus perspectivas futuras no permanezcan irremediablemente borrosas.

Con secuencias soleadas utilizadas de forma correcta para representar días existencialmente nublados, y con un ritmo moderado y un montajehábil que se suma a la intrigante historia de este hombre, The Last Seagull es fácil y divertida de ver. De hecho, es tan deliciosamente entretenida que las preguntas serias que uno puede hacerse surgen solo después de la experiencia visual. Por ejemplo, ¿cuál es el futuro del lugar de nacimiento de Iván ya de por sí desierto y remoto, en un país que se encuentra en la periferia de un continente y, como tal, siempre ha dependido de fuerzas externas para determinar su destino? ¿Son las lecciones aprendidas del pasado capaces de evitar la catástrofe que se avecina? ¿Dónde trazar la línea entre la estética documental creativa y la de la telerrealidad en una película que sigue tan de cerca a su protagonista durante sus altibajos emocionales? La película no proporciona respuestas, sólo pistas para alimentar la reflexión.

The Last Seagull es una coproducción entre la compañía finlandesa Making Movies y la búlgara Soul Food.

(Traducción del inglés por Claudia Vélez)