22/03/2023 - Los Burnin’ Percebes logran una de las grandes virtudes de la ficción, hacer creíble y disfrutable una historia más allá de su posibilidad en la vida real

La mejor manera de descubrir las películas de Burnin’ Percebes (el dúo formado por los cineastas Fernando Martínez y Juan González) es llegar virgen a su cine y llevarse toda una sorpresa. Sus dos primeras películas -Searching for Meritxell e Ikea 2- se devoran de una sentada.  Sin duda, son algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Su singularidad procede de su atrevimiento y su libertad, de su falta de pretenciosidad, de su lejanía respecto a cierto academicismo bastante común en parte del cine español, pero, sobre todo, de su deseo de hacernos reír.

Ahora los Burnin’ Percebes acaban de presentar su cuarta película, El fantástico caso del Golem [+lee también:
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entrevista: Burnin’ Percebes
ficha de la película], protagonizada por Brays Efe y Bruna Cusí, en la sección oficial del Festival de Málaga. Esta última película sigue un poco la estela de su anterior, La reina de los lagartos [+lee también:
crítica
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ficha de la película], una película que era capaz de darle todo un giro a las típicas historias de amor para abordarla desde el juego con el humor y la ciencia-ficción. Se nota que en ambas películas los cineastas han contado con un presupuesto mayor que en sus inicios, pero, a mi parecer, no deja de ser por ello un cine desde los márgenes, realizado desde la imaginación más libre, es decir, la que no acepta límites, desde donde se inventan las propias reglas del juego, desde donde se atreve a jugar con la fantasía y la realidad, el humor más absurdo y el más bestia y negro, la mezcla de lo oscuro y lo luminoso, a tratar de llegar a lugares inesperados, a gustar y a desagradar.

Desde ese arrojo y esa personalidad que los caracteriza, en El fantástico caso del Golem los Burnin’ Percebes cuentan la historia de Juan, un joven aparentemente simplón que pierde a su mejor amigo de una forma bastante extraña: se rompe en mil pedazos tras precipitarse borracho por una terraza y estamparse contra el capó de un coche. Como nadie parece sorprenderse ante tal suceso, Juan decide investigar el caso por su cuenta, viéndose inmerso en un laberinto de sinsentidos y pianos que caen del cielo. Como podrán deducir del resumen, la historia ya es un sinsentido en sí misma. Precisamente, de ahí procede una de las grandes virtudes de la película, esa capacidad de inventar y lograr sus propias reglas de verosimilitud, de integrar con naturalidad, sin que quede impostado o forzado, lo ficticio en lo real, de conseguir que lo imposible parezca posible. La película está llena de momentos hilarantes, de situaciones surrealistas que se vuelven creíbles, de sucesos dramáticos que terminan siendo cómicos, pero ese recurso constante al humor y a lo extraordinario no resulta excesivo ni repetitivo, los cineastas saben mantener con ingenio el tono que pretenden.

Últimamente parece estar perdiéndose el gusto por la ficción como medio para contar historias. El tema y su supuesta importancia o necesidad es lo primero, la historia y la forma quedan en un segundo plano. Con ello, también se pierde cierto sentido del humor. Por ello, celebro la existencia de películas como El fantástico caso del Golem. Desde la imaginación y el humor, sus creadores cuentan de modo personal una historia, y desde ahí, logran una de las mejores cosas de la ficción, hacernos creíble y disfrutable ese relato más allá de su posibilidad en la vida real.

El fantástico caso del Golem es una producción de las compañías Aquí y Allí Films y Sideral, que Elamedia estrenará en España el próximo 16 de junio.