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CPH:DOX 2023

Crítica: Total Trust

por 

- Zhang Jialing presenta su nuevo y urgente documental que aborda la vigilancia del Estado en China de un modo apasionante, aterrador y desgarrador

Crítica: Total Trust

La directora de One Child Nation e In the Same Breath, Zhang Jialing, a la que se ha prohibido regresar a China, ha realizado otro documental dirigido a distancia sobre uno de los problemas sociales más preocupantes de su país. Esta vez, en Total Trust, aborda la vigilancia estatal centrándose en tres defensores de los derechos humanos perseguidos por las autoridades, pero también ofrece un amplio panorama de las consecuencias que ya están cambiando la sociedad. La película acaba de estrenarse mundialmente en el CPH:DOX.

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En Shenzhen, conocemos a Zijuan Chen y Tutu, cuyo marido y padre, el abogado de derechos humanos Weiping Chang, fue detenido  en 2020 por aceptar casos pro bono para personas que perdieron sus hogares en demoliciones forzosas. No le han visto desde entonces, y Zijuan sigue enviando cartas de petición al gobierno, lo que, a su vez, reduce sus propios puntos de crédito social. Este sistema se ha creado de tal manera que hay más de mil formas de perder puntos y sólo unas 200 de ganarlos. Tal y como explica una mujer que se ofrece voluntaria para hacer un seguimiento de los ciudadanos y su comportamiento, esto afecta a todo lo que se quiera hacer: desde la posibilidad de obtener préstamos bancarios hasta incluso viajar en tren o avión. Dice que la tecnología de reconocimiento facial facilita mucho su trabajo.

En Pekín, otro abogado de derechos humanos, Quangzhang Wang, fue detenido en 2015 durante el infame 709 Crackdown, junto con otros 300 activistas. Tras negarse a emitir una confesión falsa, permaneció en prisión durante cinco años y recientemente ha regresado con su esposa, Wenzu Li, y su hijo, que ahora tiene ocho años. Les rastrean y acosan constantemente: en una escena especialmente inquietante, un grupo de policías vestidos de paisano les impide salir de su apartamento. Los vecinos también les vigilan, puesto que les han apodado “traidores”.

Esta autorregulación es el elemento más insidioso y peligroso que nos encontramos, como explica la periodista Sophia Huang Xuequin, quien fue señalada en un primer lugar por reportar acoso sexual por parte de oficiales de alto rango y ahora cubre el caso de Weiping. La mayoría de la gente es conformista y ha ido aceptando poco a poco la supresión de sus libertades. Ahora el Estado ni siquiera tiene que censurarles, ya que lo hacen ellos mismos e informan sobre sus conciudadanos, lo que puede aumentar su crédito social. Sophia, al igual que los dos abogados, está acusada de “incitar a la subversión del poder del Estado”, un cargo que no está claramente definido y que el sistema jurídico manipula según lo que a las autoridades les convenga que signifique.

Sin embargo, lo más doloroso y desgarrador es cómo las familias se ven afectadas por estas políticas, sobre todo, en el caso de los niños. Zijuan tiene una discusión acalorada con el padre de Weiping, que es un miembro del Partido; Tutu tiene un cartón del tamaño de su padre para abrazarlo e insulta a gritos a las cámaras que hay apuntando hacia su casa; y la relación de Quanzhang con su hijo es tensa y forzada debido al aplastante sentimiento de culpa por haberse perdido cinco años de su infancia.

El documental ha sido grabado por tres cámaras anónimos, coeditado por un editor anónimo y coproducido por un productor anónimo, pero el acceso es tan increíble que parece mentira que hayan podido salirse con la suya. Es una película urgente, apasionante y aterradora, y sirve como una gran advertencia para el resto del mundo mediante su descripción de China y su creciente autoritarismo. Hay una línea muy fina y peligrosa entre el desarrollo de la tecnología y su uso totalitario y excesivo, y si el mal uso de esta es más que obvio en un país que ya era represivo incluso antes de que estuviese presente, cabe esperar que también lo sea en otras sociedades.

Total Trust ha sido coproducida por las compañías alemanas Filmtank e Interactive Media Foundation, la neerlandesa Witfilm y NTR, la alemana ZDF/Arte, la BBC Storyville de Reino Unido, la sueca SVT, y la estadounidense outfit Chicken & Egg Pictures. Cinephil posee los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés por Nuria Olivas Valera)

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