email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

ZAGREBDOX 2023

Crítica: The Love Room

por 

- En su primer largometraje documental, Suzana Dinevski explora el dolor de dos mujeres cuyos maridos han sido encarcelados

Crítica: The Love Room

Casi siempre que se plantea el tema de las prisiones, tanto en películas de ficción como en documentales, se suele poner el foco de atención de puertas adentro, ya sea en los reclusos, los guardias, la dirección o el sistema penitenciario en sí. Los cineastas suelen darle poca importancia a las personas que se quedan fuera mientras sus seres queridos permanecen entre rejas, pero The Love Room, de Suzana Dinevski, es una de las pocas películas que sí que dan importancia a estos personajes, pues pone en el punto de mira a las esposas de dos reclusos de la misma prisión, Idrizovo, cerca de Skopje.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Como proyecto en curso, The Love Room ganó el premio Neaniko Plano al mejor subtitulado en el Festival de Documentales de Tesalónica del año pasado (leer la noticia). Entre su estreno a nivel mundial en el Festival de Phoenix y su estreno europeo en la competición regional del ZagrebDox solo transcurrieron tres días. Teniendo en cuenta lo universal que es el tema y lo original que resulta la perspectiva que ofrece, la gira por festivales de cine documental y de derechos humanos más pequeños está más que asegurada para esta película.

Milan Zarubica fue condenado a 13 años de cárcel por producción y distribución ilegal de estupefacientes, mientras que Daniel Ilievski recibió una pena de diez años por agresión. Ambos están casados y tienen hijos, por lo que cada mes disponen de dos visitas familiares y una conyugal en una de las varias salas que dan título a la película. Además, Daniel disfruta del derecho a tener varios fines de semana libres al año. Pero estos dos hombres, aunque observados con frecuencia en sus rutinas dentro de la cárcel (en el caso de Daniel también durante los permisos), no son los protagonistas de la película de Dinevski; ya que en realidad son Olivera, la esposa de Milan, y Ljupka, la mujer de Daniel, los personajes principales del largometraje. No solo se muestran su día a día mientras sus maridos están ausentes y sus propias visitas a la prisión, sino que también se les concede la oportunidad de decir lo que piensan y de expresar sus sentimientos en entrevistas y narraciones.

Dinevski abre la película con una especie de pista falsa al mostrar la rutina de Daniel en el interior y la de Olivera en el exterior para hacernos creer que son pareja. No es hasta que vemos cómo Daniel sale para visitar a su familia y Olivera, junto con su hijo Filip, acude a la cárcel para visitar a Milan cuando nos damos cuenta de las verdaderas relaciones entre los personajes y de sus estatus, tanto dentro como fuera. La cineasta también deja entrever su sello característico a través de una fina mezcla de diferentes enfoques documentales, pasando de una observación con algunas pinceladas de momentos líricos y pensativos (mención especial para el director de fotografía de Honeyland [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ljubomir Stefanov, Tamara …
entrevista: Tamara Kotevska, Ljubomir …
ficha de la película
]
, Fejmi Daut, por su impresionante trabajo en este sentido), a entrevistas con retratos más comedidos, y la mayoría de las veces funciona. Dinevski añade dinamismo en ocasiones a través del uso frecuente de primeros planos y ángulos irregulares, al tiempo que Duke Bojadžiev, a través del uso mesurado de su banda sonora en los momentos más oportunos, añade un poco de humor.

Las diferencias en los orígenes de las parejas son un arma de doble filo, ya que añaden un sentido de diversidad, pero también son las posibles culpables de que las dos narradoras no se desenvuelvan igual de bien como "personajes" del documental. Y es que Olivera, al ser más culta y elocuente que la sencilla Ljupka, tiene más protagonismo y más posibilidades de contar su historia de forma convincente. Un problema adicional es la repetición de los temas que aparecen en sus monólogos, lo que ùede hacer pensar que Dinevski no se atrevió a animarlas a abrirse del todo y que The Love Room habría sido más efectiva en un formato más compacto y de duración media. No obstante, como largometraje documental resulta decente.

The Love Room es una producción macedonia de Suzi Kju Production y Award Film & Video, con el apoyo de la North Macedonia Film Agency.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy