Crítica: Matar cangrejos
por Alfonso Rivera
- En el tercer largo de Omar A. Razzak, que ha sido premiado en Las Palmas tras triunfar en Málaga, el verano no es azul ni rosa pop, aunque sus protagonistas esperen a Michael Jackson

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tráiler
entrevista: Omar Al Abdul Razzak
ficha de la película], película escrita, dirigida y producida por Omar Al Abdul Razzak, un niño establece una relación cómplice, protectora y paternofilial con un lobo de mar, pero éste no es un señor bonachón, alegre y didáctico, sino que vive en una casa cueva, sufre llagas en su piel y lleva más alcohol que sangre en sus venas. Este film, que cosechó dos galardones en la sección Zonazine del último Festival de Málaga, acaba de alzarse con el de mejor largometraje del apartado Canarias Cinema del 22º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria (leer entrevista con el director).
Precisamente en otra isla de este archipiélago, Tenerife, transcurre la cinta que nos ocupa: allí, en 1993, esperaban como al Mesías a Michael Jackson, quien visitaría este enclave para ofrecer uno de sus multitudinarios conciertos. Un hecho que convulsionó la cotidianidad monótona de las familias locales, que soñaban con conocer al ídolo pop, como les sucede a los protagonistas de Matar cangrejos: una madre soltera y soñadora de una adolescente tan madura como gamberra y un chaval curioso, junto a la abuela de ambos, que ve peligrar su hogar ante la arrolladora especulación turística.
Así, Razzak, con sensibilidad y cariño por sus personajes, aprovecha una anécdota mediática para lanzar sus redes sobre asuntos peliagudos que se esbozan desde una trama a ratos divertida, en otros emocionante: la irrupción de la madurez prematura, la búsqueda de referentes paternales, el rechazo paradójico de lo que viene de fuera, la complicidad juvenil, la incipiente inmigración clandestina y la turismofobia.
Con diálogos tan naturales como el 99% de los actores (de todo el elenco, sólo Sigrid Ojel es una profesional de la interpretación), localizaciones alejadas de la postal y ambientación de pantallas cheposas, el relato –ligeramente melancólico– se asienta en los puntos de vista de sus jovencísimos protagonistas (encarnados por Paula Campos, de 13 años, y Agustín Díaz, de sólo 8) para, al mismo tiempo, erigirse en una carta de amor a la isla de Tenerife (donde creció Razzak), una exaltación de la libertad infantil de la que se disfrutaba en tiempos analógicos y una reflexión sobre las contradicciones del género humano.
Atento al detalle, el cineasta hispano-sirio se ha mimetizado con sus personajes logrando escenas y diálogos de una autenticidad tan realista que bordean el documental (Razzak debutó en la dirección en 2014 con el film de no ficción Paradiso), con secuencias domésticas, de verbenas y excursiones en barca mientras al fondo la amenaza del capitalismo rampante deja de ser fantasmal. Y, además, saca excelente partido del muy expresivo rostro de la debutante Paula Campos, merecidamente premiada en el Festival de Málaga.
Matar cangrejos es una producción de la compañía española Tourmalet Films en asociación con IJswater Films (Países Bajos). Se estrenará en España el 26 de mayo, distribuida por Filmax, que también gestiona sus ventas internacionales.
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