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CANNES 2023 Competición

Crítica: Las cuatro hijas

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- CANNES 2023: Kaouther Ben Hania habla del complejo lugar de la mujer en Túnez a través de una historia familiar y una innovadora hibridación entre documental y ficción

Crítica: Las cuatro hijas

"Vas a tener que sentir todo lo que yo sufrí, el dolor de la separación, la angustia de la desaparición." A la cineasta tunecina Kaouther Ben Hania le gusta inspirarse mucho de la realidad para darle forma a una ficción que denuncia las rarezas del mundo contemporáneo, como ya lo ha demostrado con fuerza en La Belle et la meute [+lee también:
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, pero también hace gala de un alma de exploradora en cuanto a la experiencia cinematográfica. Con Las cuatro hijas [+lee también:
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, presentada en la competición del 76° Festival de Cannes, la directora ha llegado incluso más lejos de su deseo de borrar las fronteras entre los géneros y de su voluntad de ser lo más realista posible al establecer un dispositivo que propone el encuentro entre documental y ficción, al pedirle a actrices interpretar a personas desaparecidas (y para la reconstrucción de los episodios más duros) y mezclándolas con los verdaderos protagonistas de la historia, todo ello en una puesta en escena que desvela abiertamente el artificio pero que paradójicamente genera incluso más verdad.

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Maquillaje, ensayos, claqueta: la película no esconde nunca su naturaleza "teatral", sino que al contrario, la estimula, permitiendo que Olfa Hamrouni hable con sus dos hijas que aún están a su lado (Tayssir y Eya Chikhaoui) y con las actrices (Ichraq Matar y Nour Karoui) que dan vida a sus hijas mayores Ghofrane y Rhama (que han sido "devoradas por el lobo", tal y como la madre lo anuncia al principio de la película), sin olvidarse de Hend Sabri, que sustituye a Olfa si es necesario. El plató y las bambalinas se confunden, el guion y los debates aparentemente espontáneas se entremezclan, las tomas se cortan, se llora, se ríe, se habla con la cineasta, y se vuelve a empezar. Uno es bastante inteligente si puede diferenciar lo auténtico de lo fabricado a lo largo de un relato centrado en la intimidad de la crónica familiar, salpicado por varios archivos televisivos que retratan la historia reciente de Túnez (la caída de Ben Ali, la revolución) y comentados por las seis protagonistas.

En el corazón de este procedimiento se sitúa Olfa, que cuenta su vida, dando testimonio frente a la cámara de su vida anterior con su propia madre, de su matrimonio y de la (muy física) lucha para no ser consumado, y después del nacimiento de sus cuatro hijas (cuatro ecografías en pantalla partida), de su libertad recobrada en la atmósfera de la Revolución del Jazmín en 2011 a través de una huida a la ciudad de Susa antes de obtener su divorcio, y su flechazo por un criminal que se convierte en el tierno pero en realidad terrorífico segundo padre de las hijas. Un recorrido de una mujer repleto de una repetición generacional de la violencia y motor de su profundo endurecimiento frente a los hombres, que se merecen sin duda todas las cosas malas que escuchamos de ellos durante la película. Durante este tiempo, las cuatro hijas crecen y luchan, a pesar del amor absoluto pero altamente posesivo y tradicional que les tiene su madre. Y cuando las mayores intentan emanciparse, caen en manos radicales…

Las cuatro hijas, fundada sobre la interacción y una pura hibridación, es una obra sorprendente, una revelación de muchos sufrimientos y de una liberación a través de las palabras de un esquema de opresión social de las mujeres profundamente enraizado, cuyas puertas de salida acaban siendo a veces callejones aún más terribles, pero en donde la esperanza y la energía demuestran una impresionante capacidad de resiliencia, más allá de los golpes que da la vida. La película es también el espejo de los torbellinos del amor maternofilial al que Kaouther Ben Hania rinde el más bonito homenaje rodando muy de cerca las caras y las emociones, en plena confianza y complicidad entre mujeres.

Las cuatro hijas ha sido producida por la francesa Tanit Films, la tunecina Cinétéléfilms y la alemana Twenty Twenty Vision y coproducida por ZDF/Arte. De las ventas internacionales se ocupa The Party Film Sales.

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(Traducción del francés)

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