CANNES 2023 Quinzaine des Cinéastes
Crítica: El libro de las soluciones
por Fabien Lemercier
- CANNES 2023: El siempre inventivo y divertido Michel Gondry se va hasta la campiña siguiendo a un caótico, creativo y bipolar cineasta que huye con una película sin montar

“¿Prefieres que te diga la verdad o perder el control? – ¡Prefiero perder el control!”. Al igual que el protagonista de su nueva película, El libro de las soluciones [+lee también:
tráiler
entrevista: Michel Gondry
ficha de la película], presentada en la 55.ª edición de la Quincena de los Cineastas (en el marco del 76.º Festival de Cannes), Michel Gondry es un artista que adora los atajos, lo artesanal, la hipersensibilidad y la fuerza poética de los soñadores que intentan escapar de un mundo brutal. Este es el caso de Marco, un cineasta que se esconde en las Cevenas con su círculo más cercano (su montadora y sus dos ayudantes) tras huir con su película cuando los productores insistían en recuperar el control de su nueva obra, Chacun. Tout le monde (“¡Eso es lo que nos prometiste y eso es lo que vas a entregar! Es gris, es fea, los actores están irreconocibles y nos está costando 5 millones. Tenemos que parar de rodar; vamos a intentar salvar los muebles y nuestra inversión”). No obstante, cuando el artista en cuestión también tiene un trastorno bipolar, las cosas rara vez son tranquilas para su equipo.
“Creo que una miríada de ideas y experiencias que parecen desviarse en todas las direcciones pueden formar parte de una misma idea y converger para llevar la película al siguiente nivel”. Dicho así, todo parece tener sentido, pero en la práctica, para aquellos que están cerca de Marc (Pierre Niney, a quien vemos en su elemento), como su anciana tía Denise (Françoise Lebrun), que acoge a todos en su casa en medio del bosque, su fiel editora Charlotte (Blanche Gardin), su ayudante de dirección Sylvia (Frankie Wallach), y su “chico para todo” Carlos (Mourad Boudaoud), se trata más bien de contener el flujo de pensamientos e ideas más o menos disparatadas (una tarea casi imposible) que brotan de la mente del cineasta (que también ha decidido dejar de tomar su medicación), gestionar sus ansiedades e intentar terminar la película. Sin embargo, no es fácil, a pesar del afecto que todos sienten por Marc, que aprovecha cualquier excusa para escaparse de la sala de montaje y los despierta a todos en mitad de la noche para compartir cada una de sus inspiradas y excéntricas ideas: “La película empezará como un palíndromo perfecto. Comenzaremos por el final, acabaremos por el final y lo conectaremos con el principio”.
Con Le livre des solutions, Michel Gondry moldea un alter ego entrañablemente divertido, pero en un estado permanente y conmovedor de gran excitación (“Al abordar los principios fundamentales de la creatividad, me hundí cada vez más en las sombras de la incomprensión. Este era el precio a pagar. Solo mi inspiración me condujo hacia la luz”), tal y como expresa la voz interior del personaje. Con todo, El libro de las soluciones también se revela como una explicación pertinente (nunca muy alejada del humor) sobre las distintas etapas del proceso creativo (“poner en marcha un proyecto”, “aprender sobre la marcha”, “no escuchar a los demás”), así como un catálogo de los arquetipos habituales en el microcosmos de la industria cinematográfica. El capitán del barco avanza en un estado de embriaguez mental, pero Michel Gondry encuentra los ingredientes adecuados para convertirla en una propuesta muy entretenida, una comedia increíblemente personal que pierde un poco de impulso en la recta final, pero que pone el foco en las fragilidades de los verdaderos artistas, capaces de “sacar música del silencio”, mientras que, en ocasiones, se convierten en sus peores enemigos.
El libro de las soluciones es una producción de Partizan Films, vendida internacionalmente por Kinology.
(Traducción del francés)
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