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CANNES 2023 Un Certain Regard

Crítica: Augure

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- CANNES 2023: Baloji firma una ópera prima vertiginosa y visualmente embriagante sobre los destinos entrelazados de cuatro almas desterradas en una África ultracontemporánea

Crítica: Augure
Marcel Otete Kabeya (izquierda) en Augure

Los destinos de cuatro almas desterradas en una África ultracontemporánea se entrelazan en Augure [+lee también:
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, el primer largometraje del artista y cineasta belga de origen congoleño Baloji, seleccionado para la sección Un Certain Regard de la 76ª edición del Festival de Cannes.

Koffi está a punto de ser padre, ya que su mujer espera gemelos. Por ello, con el fin de honrar a su familia y sus orígenes, decide regresar al Congo tras un exilio de 18 años, todo ello para pagar la dote y resolver quizá algún que otro conflicto familiar. Sin embargo, esta vuelta a casa en pleno Domingo de Ramos está a punto de dar un giro inesperado. Lejos de un recibimiento triunfal, a Koffi le espera una bienvenida gélida en la que se le recuerda su condición de Zabolo, es decir, de aquel que porta la marca del diablo. Se trata de una etiqueta de la que uno no se puede desprender y que comparte con Paco, otro joven shégué de la otra punta de la ciudad, atormentado por la muerte de su hermana pequeña y sumido en una guerra de bandas que le impide hacer el duelo. A ambos se les considera como niños brujos, hijos malditos a los que hay que exorcizar.

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Tshala y Mujila, la hermana y la madre de Koffi, son las brujas en cuestión. No hay ninguna razón real detrás de esta identidad impuesta, simplemente se les acusa de ello. Se trata de una marca indeleble, colocada desde el nacimiento en el caso de Koffi, que los condena a luchar contra el papel que la gente pretende que desempeñen. Se les acusa de estar poseídos, pero lo que en realidad sufren es una persecución constante, tanto por parte de los fantasmas de su pasado como por esas versiones de sí mismos a las que otros tienen la posibilidad de aspirar, pero que resultan inalcanzables para ellos: la de una "buena madre", la "esposa perfecta", el "hijo pródigo", o un "buen hombre".

Koffi ya planea un dramático regreso mientras deambula desde las estribaciones de las minas al aire libre donde trabaja su padre hasta la casa familiar, donde le cierran la puerta en las narices. Tshala, por su parte, planea salir de allí para dirigirse al sur del continente. Es otro espacio-tiempo el que les envuelve allí, una realidad completamente distinta, un lugar ardiente que les está prohibido. Mientras tanto, Mujila, un personaje esbozado para imprimir mejor el telón de fondo en el público que, en un principio, iba a ocupar un segundo plano, acaba tomando el control de la historia y revelando su propia verdad personal.

La lucha que comparten estos cuatro personajes, consistente en tratar de liberarse de los mandatos y las identidades impuestas, resuena en los cuadros fantasmagóricos que salpican el relato, con una fuerte carga simbólica y exacerbando las emociones. Los personajes parecen atormentados por la imposibilidad del duelo, los dobles virtuales y aquello que se espera de ellos y que nunca serán, y se puede decir también que el cineasta, a su vez, consigue transmitir estas obsesiones al tiempo que deja espacio para que el público proyecte sus propias dudas. La inquietante belleza visual del mundo descrito por el cineasta —lograda a través de un enfoque de dirección artística tan singular como espectacular— se entremezcla con la trayectoria de estos cuatro héroes, interpretados de manera brillante por Marc Zinga (ya estuvo en Cannes el año pasado con Tori y Lokita [+lee también:
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), Eliane Umuhire (también estuvo en la Croisette en 2021 con Neptune Frost), la increíble Yves-Marina Gnahoua (actriz de teatro que protagonizó el impactante documental Sans frapper [+lee también:
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) y el joven Marcel Otete Kabeya en su primer papel.

Augure es una producción de Wrong Men (Bélgica), en coproducción con New Amsterdam Film Company (Países Bajos), Tosala Films (R.D. del Congo), Special Touch Studios (Francia), Radical Media (Alemania), Serendipity (Bélgica) y Big World Cinema (Sudáfrica). Las ventas internacionales corren a cargo de Memento.

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(Traducción del francés)

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