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CANNES 2023 Quincena de los Cineastas

Crítica: Légua

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- CANNES 2023: Filipa Reis y João Miller Guerra se acercan a tres generaciones de mujeres trabajadoras del servicio de una gran propiedad, en un relato con un aura turbadora de historia de fantasmas

Crítica: Légua
Carla Maciel en Légua

Si el inmenso vacío, la inquietante presencia de animales y los repetitivos rituales personales no fueran suficiente para dar una idea de la intención de los cineastas Filipa Reis y João Miller Guerra en su segundo largometraje, Légua [+lee también:
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, un personaje clave le dice a otro: “No puedes cuidar de una casa encantada”. Se trata de un diálogo extraño y transparente en esta película parca en palabras, que parece derrumbarse en su propia inercia hipnótica hasta que los cineastas incorporan ocasionalmente elementos visuales más dinámicos, sonido y, sobre todo, música. Lo que emerge finalmente es un drama controlado y sugestivo que retrata con melancolía el proceso por el que convertimos nuestro trabajo en nuestra vida, así como las consecuencias que esto tiene para las generaciones venideras. La película ha tenido su estreno este año en la Quincena de los Cineastas de Cannes.

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El famoso y cruel eufemismo sobre la locura dice: “Las luces están encendidas, pero no hay nadie en casa”. Los propietarios rara vez visitan su vasta finca o su casa señorial en la zona de Légua, cerca de Oporto, dejando a la incansable y fiel ama de llaves, Emília (Fátima Soares), y a su compañera Ana (Carla Maciel), a cargo de barrer, limpiar el polvo, doblar la ropa y pulir escrupulosamente, preparando el lugar para la presencia de nadie y con una motivación más bien esquiva por su parte. Oficialmente, los inquilinos pueden llegar en cualquier momento, los cerdos y las gallinas salen de vez en cuando de su corral para pastar en el lujoso sofá de felpa, mientras que las partículas de suciedad que se acumulan en las superficies no pueden evacuarse por sí solas, por lo que las dos tienen una lista de tareas que las mantiene ocupadas todo el día, protegidas de alguna forma del sinsentido de sus funciones.

Ana, cuyo espíritu libre y energía se hacen evidentes a través del romántico pop portugués que canta habitualmente, así como en el vigoroso sexo que mantiene con su marido constructor, Victor (Paulo Calatré), en el propio lecho matrimonial del senhor y la senhora, tiene dos opciones para salir de esta situación, aunque parece ajena a ellas. En primer lugar, la anciana Emília sufre de mieloma múltiple y empieza a flaquear, por lo que necesita cuidados las veinticuatro horas del día; en segundo lugar, un pariente joven de los propietarios envía a un agente inmobiliario para que haga una tasación de la casa, y Ana lo recibe con una extraña y desagradable hospitalidad. Su hija Mònica (Vitória Nogueira da Silva), una brillante estudiante de ingeniería que sueña con animadas fiestas en otros lugares, es quizá la única parte de su legado que puede emanciparse de todo esto.

Se trata de una película bastante simple en apariencia, donde las repetitivas secuencias de tareas domésticas no se parecen al formalismo preciso de Jeanne Dielman. El espectador se esfuerza por concentrarse en las acciones de Ana y Emília, pero el montaje y las imágenes se funden en una masa repetitiva, sirviendo como una advertencia de que un estudio de la inmovilidad puede parecerse a aquello que está diagnosticando. Con todo, tras ver Légua, abandonamos la sala con algo fresco y potente en nuestro flujo sanguíneo, otra mirada a la decadente clase terrateniente del país, que parece haberse detenido en el siglo XIX. La cinta también se suma a una fascinante ola de películas ibéricas y sudamericanas que exploran las relaciones entre clases sociales en casas de campo como estas, cuestionando si el “servicio” es solo eso, y cómo asumen la propiedad de facto de los terrenos que cuidan con una voluntad inquebrantable.

Légua es una coproducción entre Portugal, Francia e Italia, producida por Uma Pedra no Sapato, Laranja Azul, KG Productions y Stayblack. Luxbox se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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