PELÍCULAS / CRÍTICAS Francia / Bélgica
Crítica: Sur la branche
por Fabien Lemercier
- Apoyada por Benoît Poelvoorde, Daphné Patakia brilla en el papel de una joven abogada bipolar en el segundo largometraje de Marie Garel-Weiss, una comedia alocada, tierna a la par que conmovedora

"No estoy tolerando del todo bien mi nueva medicación; soy obsesiva, pero eso es bueno en el trabajo, ¿no?". En el cine, el tema de las enfermedades mentales se suele abordar desde un ángulo sombrío y dramático, y son escasos los cineastas que se atreven a verlo como un terreno fértil para la comedia o el romance, tal y como hizo David O. Russell con El lado bueno de las cosas, por ejemplo. Pero es este enfoque audaz el que adopta Marie Garel-Weiss en Sur la branche, que se estrenará en los cines franceses el 26 de julio a través de Pyramide. Se trata de una película singular que rezuma sensibilidad, con un telón de fondo indiscutiblemente realista bajo un barniz de género, una obra que demuestra que el éxito de la ópera prima de la cineasta no fue fruto de la casualidad (La fête est finie [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Marie Garel-Weiss
ficha de la película], galardonada en 2017 con el premio del público y el premio a mejor actriz en Saint-Jean-de-Luz, y en 2018 con el de mejor película en Lecce).
Puesto que la historia se inicia en un hospital psiquiátrico donde Mimi (la brillante Daphné Patakia, cuya extraña expresividad recuerda a los actores cómicos del cine mudo) charla tranquilamente con otro paciente (que tuvo una pesadilla en la que apuñalaba a su madre), el tema de la película no tarda en darse a conocer: se trata de las desventuras de una joven fuera de lo común. No faltan los altibajos en torno a este personaje ambicioso pero frágil, que ha aprobado el examen de acceso a la abogacía, pero nunca ha ejercido como abogada. Al intentar colarse en un gabinete dirigido por Agnès Jaoui, a Mimi se le encomienda una delicada misión: recuperar el expediente de un caso de casa de Paul (Benoît Poelvoorde, siempre impecable en este tipo de papeles), un socio muy problemático del que más tarde nos enteraremos que ha sido amenazado con ser expulsado del Colegio de Abogados por robar clientes. El encuentro entre la muy idealista y extremadamente ansiosa Mimi ("Estoy atrapada en mí misma porque tengo miedo a la vida") —que además ha dejado de tomar su medicación— y el desencantado y depresivo Paul (que siempre lleva bata o pantalones de jogging), hace que salten chispas: el dúo improvisado se embarca en un caso mucho más complicado de lo que parece a primera vista: defender a un delincuente (la estrella emergente Raphaël Quenard) acusado de asesinato y encarcelado en Bretaña, la región de la que procede Mimi...
Al moverse a un ritmo frenético sobre el terreno de los mensajes contradictorios, Sur la branche se las arregla de algún modo para ser divertida sin utilizar en ningún momento la comedia en detrimento de la increíblemente conmovedora y frágil protagonista de la película, que se encuentra en medio de una búsqueda decidida y urgente de la verdad y la justicia. Entremezclando los géneros de la investigación y la comedia romántica teñida de las pequeñas crueldades de la vida, Marie Garel-Weiss camina por la cuerda floja entre el realismo y un pequeño teatro fantasmagórico de contextos maravillosamente diversos. La película logra un equilibrio original, ofreciendo papeles brillantes a sus dos intérpretes principales y dando un tono ligeramente extravagante a una película que consigue hacernos reflexionar sobre lo que realmente son la locura, el exceso, el comportamiento supuestamente adecuado y los sentimientos latentes.
Sur la branche es una producción de Elzevir Films en coproducción con France 3 Cinéma y las belgas Panache Productions, La Compagnie Cinématographique, RTBF, Voo, Be Tv y Proximus. Las ventas internacionales corren a cargo de Pyramide International.
(Traducción del francés)
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