Crítica: Praying for Armageddon
- El documental de Tonje Hessen Schei es una inquietante inmersión en el mundo de los fundamentalistas evangelistas cristianos en los Estados Unidos y la forma en que buscan cumplir la profecía titular

Ver el último documental de Tonje Hessen Schei, Praying for Armageddon, es una experiencia realmente perturbadora. Aquellos que conozcan la evolución de la política exterior de Estados Unidos tal vez no se sientan tan conmocionados por la película, pero pueden reconocer lo preocupante que es la situación cuando ven a un grupo de niños muy pequeños (probablemente menores de diez años) subiéndose a un escenario. Dicha escena tiene lugar durante un concurrido encuentro en Lebanon, Kansas, y estos pobres niños parecen víctimas de un lavado de cerebro, dispuestos a luchar en una guerra que sus padres y abuelos apoyan con oraciones y dinero.
La guerra en cuestión es la deseada por los fundamentalistas del movimiento evangélico estadounidense, convencidos de que se salvarán cuando Jesús aparezca montado a caballo en el Estado de Israel, con una espada alzada hacia el cielo, para destruir a todos los infieles. Por esta razón, siguen apoyando proyectos como la Ciudad de David (oficialmente un proyecto arqueológico, pero en realidad otra forma de ampliar la influencia de los colonos sobre los territorios palestinos) y agitando las tensiones entre las dos partes en toda la región.
El largometraje de Hessen Schei, que tuvo su estreno mundial este año en el CPH:DOX y se proyectó en la sección This Earth del IceDocs de Akranes, opta por un enfoque narrativo y estético bastante tradicional, caracterizado por un montaje rápido y por alternar imágenes de archivo, algunas entrevistas directas y las inestimables reflexiones de un valiente periodista que investiga el crecimiento de este movimiento (Lee Fang, de The Intercept). En cualquier caso, estos pocos y sencillos ingredientes son más que suficientes para sensibilizar al público sobre lo que está en juego.
Además, los sujetos que aparecen en pantalla (o, mejor dicho, los villanos) son inquietantemente cinematográficos. Uno de ellos es el omnipresente John Hagee, fundador de la organización cristiano-sionista Cristianos Unidos por Israel. El predicador disfruta hablando ante multitudes entusiastas, con su voz atronadora llena de emoción mientras describe la llegada del fin de los tiempos. A su lado, nos encontramos con una figura un poco más discreta, pero no por ello menos inquietante: Robert Jeffress, colaborador habitual de Fox News y uno de los asesores espirituales más cercanos a Donald Trump.
Hessen Schei consigue ofrecer una visión bastante completa de los agentes implicados, concediendo a los fundamentalistas suficiente espacio para “explicar” sus afirmaciones, reuniéndose con sus oponentes, pero también visitando tanto Israel como Palestina, dando voz a las víctimas y a intelectuales como el periodista palestino Mohamed El Kurd y el rabino judío Arik Ascherman.
“No podemos mirar hacia otro lado”, dice Feng hacia el final de la película, aludiendo a cómo estos movimientos extremistas están creciendo en todo el país y representan una gran amenaza para la paz mundial. De hecho, la paz es un concepto en el que esta gente se niega a creer. Al contrario, desean embarcarse en una cruzada definitiva y mortal. Feng también nos recuerda que sus altos cargos tienen fuertes vínculos con el ejército y cuentan con acceso privilegiado a los presidentes estadounidenses, a quienes “susurran al oído” constantemente.
Praying for Armageddon es una producción de UpNorth Film (Noruega), coproducida por Ventana Film (Alemania), Making Movies (Finlandia), Auto Images (Suecia) y Film i Skåne (Suecia). DR Sales se encarga de las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
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