Crítica: Patagonia
por Muriel Del Don
- El director italiano Simone Bozzelli presenta un mundo utópico habitado por personajes sensibles que utilizan la ternura como medio para rebelarse contra el mundo

Simone Bozzelli, uno de los jóvenes talentos más prometedores y electrizantes del cine italiano reciente, se dio a conocer entre el público y la crítica con una serie de poderosos y conmovedores cortometrajes, incluyendo Amateur y J’ador, presentados en la Semana de la Crítica de Venecia, así como Giochi, seleccionado en la competición Pardi di Domani del Festival de Locarno, pero también gracias al seductor videoclip de Wanna Be Your Slave, de la banda Måneskin. El joven director regresa este año a Locarno, concretamente a la Competición Internacional, para presentar su explosiva ópera prima, Patagonia [+lee también:
tráiler
entrevista: Simone Bozzelli
ficha de la película], una odisea cruel pero tierna que se cuela bajo nuestra piel. Se trata de un homenaje necesario, valiente y estéticamente majestuoso a una zona olvidada de Italia, poblada por personajes sorprendentemente entrañables.
Patagonia cuenta la historia de Yuri (una desgarradora interpretación de Andrea Furto), un veinteañero que vive sobreprotegido por una familia matriarcal en un pequeño pueblo de la provincia de los Abruzos. Tras un encuentro con el cautivador payaso Agostino (el brillante Augusto Maria Russi, en su debut en la gran pantalla), Yuri decide emanciparse y tomar las riendas de su destino. Esta decisión se convierte en sinónimo tanto de independencia como de descubrimiento, en lo que se refiere a su identidad y sexualidad, pero también al papel que quiere desempeñar cuando actúa a dúo con Augusto, así como en el cruel escenario de la vida. La suya es una existencia nómada compuesta de trapicheos, encuentros fortuitos y un deseo de libertad que los lleva a explorar el sur de Italia en una autocaravana. Pronto hacen una parada en un aparcamiento de caravanas que, por la noche, se transforma en una rave ilegal, poblada por criaturas híbridas que se mueven entre paraísos alucinógenos y la lucha por su propia supervivencia. En el corazón de este segmento de la humanidad que ha elegido vivir según sus propias reglas están Yuri y Agostino, una improbable pareja que se embarca en una relación ambigua y asfixiante que gira en torno a juegos de poder que poco a poco crecen en intensidad, cinismo y crueldad.
A pesar de la violencia que envuelve a nuestros dos protagonistas como un manto de humo tan espeso que oscurece cualquier vía de escape, la relación que comparten no carece de momentos de afecto tan sinceros e intensos que, al presenciarlos, logramos olvidarnos de todo lo demás. Patagonia no es solo la historia de una relación romántica y tóxica basada en la dialéctica amo-esclavo, es también el retrato necesario de una diversidad que se niega a disculparse y se expresa con toda su fuerza destructiva.
¿Quiénes somos nosotros para juzgar? ¿Qué significa amar, dejarse llevar por un torbellino de emociones que arden en el pecho como brasas encendidas? Rodeados de sus compañeros de aventura, los dos protagonistas de Patagonia reclaman su derecho a una diversidad que no aspira a la integración social y que no se disculpa por no “comportarse correctamente”. Lo que quieren es vivir plenamente sus emociones, ya sean positivas o negativas, sin límites y con la falta de escrúpulos propia de lo que ya no tienen nada que perder.
Demostrando un respeto y una sensibilidad poco habituales, Bozzelli observa de cerca los cuerpos de estos jóvenes olvidados mientras reclaman su derecho a existir y a expresar con fuerza su irreprimible diversidad, sin preocuparse por los juicios de aquellos que viven sus vidas dentro de la prisión de la supuesta respetabilidad. La Italia de Bozzelli está muy lejos del país al que aspira el gobierno de Meloni, una Italia que se alimenta de sueños rotos, paraísos artificiales y relaciones románticas que giran en torno a la autodestrucción. Sin embargo, entre las ruinas de este mundo que se desmorona, hay una luz que brilla más fuerte que nunca.
Patagonia es una producción de Wildside coproducida por Vision Distribution y Rai Cinema. Vision Distribution también se encarga de las ventas internacionales.
(Traducción del italiano)
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