VENECIA 2023 Fuera de competición
Crítica: Hollywoodgate
por David Katz
- VENEZIA 2023: Ibrahim Nash'at ofrece una mirada al primer año del nuevo régimen talibán de Afganistán después de la retirada de Estados Unidos, pero la cinta no es capaz de sacar todo a la luz
Se ha dicho con frecuencia que el periodismo es el primer borrador de toda historia. Una buena película, y especialmente un buen documental, constituye muchas veces la primera exposición real —así como la inmersión— de un público a una historia determinada, y tiene la capacidad potencial de alterar cualquier historia con suavidad. Estas cuestiones se han de tener en cuenta a la hora de evaluar Hollywoodgate [+lee también:
tráiler
ficha de la película], una película que proporciona un acceso extraordinario a una de las insurgencias recientes más inquietantes de Oriente Próximo (el regreso de los talibanes al poder en Afganistán), así como al acontecimiento de política exterior más crítico de la carrera presidencial de Joe Biden hasta la fecha. Proyectado por primera vez como preestreno fuera de competición en el Festival de Venecia, tras lo cual se proyectará en Telluride, el breve y quizá incompleto documental de Ibrahim Nash'at constituye un testimonio de lo más creíble. Sin embargo, la omisión de ciertos aspectos de la realidad más amplia a la que hace referencia resulta molesta.
Antiguo periodista estrella de la Deutsche Welle y de Al Jazeera, Nash'at consiguió recibir —a través de uno de sus "mediadores" y de un traductor— luz verde por parte de los altos dignatarios talibanes para seguir a dos de sus oficiales del ejército una vez restablecida la situación en torno a la creación de su nuevo estado, el Emirato Islámico de Afganistán, en septiembre de 2021. Los oficiales en cuestión son Malawi Mansour —recién nombrado comandante de las fuerzas aéreas— y M. J. Mukhtar —que en la película se describe como teniente, pero parece ser más bien un soldado raso—, cuyas principales funciones consisten en supervisar la transición de la insurgencia militar talibana a un régimen militar de pleno derecho. Hollywoodgate, que da título a la película y a parte de su espíritu, hace referencia en realidad a una base estadounidense abandonada —se cree que se trata de una antigua base secreta de la CIA— cuyos antiguos ocupantes dejaron nada más y nada menos que 7.000 millones de dólares en equipo militar. La película de Nash'at transmite una profundamente preocupación ante la posibilidad de que los talibanes hagan uso del material una vez reparados los diversos helicópteros Black Hawk y cazas a reacción dañados.
La narración y la explicación se reducen al mínimo, de manera que lo que predomina es la observación, tanto intencionada como pragmática. Nash'at, junto con los editores Atanas Georgeiev y Marion Tuor, elige los casos con un ojo puesto en la ironía dramática, e incluso en el humor negro. En uno de los planos de seguimiento, se muestra cómo varios jefes talibanes y soldados con uniforme completo deambulan solos entre canchas de baloncesto cubiertas y una colección de objetos de la cultura popular, como vasos de cerveza de los Dallas Cowboys. Se muestran todo tipo de escenas peculiares, entre las que destaca una en la que un hombre con turbante se sube cautelosamente a una máquina de cardio y suelta a la cámara: "¡esto puede hacer que mi barriga no sea tan grande!". Otro de los detalles reveladores lo constituyen la gratitud y el temor que muestran los personajes de Nash'at fuera de cámara cuando, tal vez, se dan cuenta tanto del potencial poder propagandístico de la película como del alcance de la censura que aún pueden imponer. Uno de los personajes en pantalla explica a otro que un documental es "como una película con gente real", lo cual hace que el otro se preocupe: "Espero que no nos deje en ridículo ante China".
Hollywoodgate decepcionará especialmente a todos aquellos consumidores habituales de noticias de actualidad (que se extienden a las represalias por parte de Estados Unidos tras el 11S), a los cuales les parecerán escasas las revelaciones que se hacen en la película. La elección de ciertas secuencias parece casi inevitable: volvemos, por ejemplo, a las cuevas del desierto donde los insurgentes se escondían cuidadosamente para asegurarse de que, como dice uno de ellos, "los judíos no pudieran encontrarnos". El peligroso retroceso en cuanto a los derechos de la mujer no se aborda hasta el tercio final de la película, y se manifiesta únicamente a través de algún que otro comentario indirecto por parte de los sujetos. Hacerlo de otro modo habría ido en contra de la filosofía de observación de la película, pero Hollywoodgate habría parecido más lograda con una mejor cobertura del resto del país, o incluso con una voz en off más explícita que la que Nash'at ofrece al principio y al final de la película, además de con un mayor énfasis en otros elementos.
Hollywoodgate es una coproducción entre Alemania y Estados Unidos llevada a cabo por Rolling Narratives, Jouzour Film Production, Cottage M y RaeFilm Studios. Las ventas internacionales corren a cargo de United Talent Agency y Cinephil.
(Traducción del inglés)
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