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VENECIA 2023 Biennale College Cinema

Crítica: L’anno dell’uovo

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- VENECIA 2023: El primer largo de ficción de Claudio Casale se ambienta en una comunidad espiritual en la que una joven pareja busca regenerarse, aunque la historia pierde interés a medida que avanza

Crítica: L’anno dell’uovo
Yile Vianello y Andrea Palma en L’anno dell’uovo

La adicción a las redes sociales es la nueva forma de esclavitud. Recibir comentarios positivos parece activar una determinada zona del cerebro, el núcleo accumbens, que también desempeña un papel clave en los mecanismos de dependencia y adicción a las drogas. Sin embargo, la tendencia de buscar consuelo y refugio en comunidades y microcomunidades es algo que existía mucho antes de que Internet llegara a nuestras vidas. Las sectas religiosas son tan antiguas como la humanidad misma, y las comunidades de la Nueva Era que han ido prosperando desde los años 70 representan "una religión no definida que corresponde a las incertidumbres del individuo de nuestro tiempo", como explica la socióloga francesa Françoise Champion. Estas comunidades, ya pasadas de moda, están siendo sustituidas de manera progresiva por nuevas adicciones. Y es que el cine, por su parte, ha hecho prácticamente un subgénero de estas adicciones, uno que va desde los enfoques documentales que exploran fenómenos antropológicos hasta las películas de terror. L’anno dell’uovo [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, el primer largometraje de Claudio Casale, que se ha desarrollado y producido en el marco de la 11.ª edición de la Biennale College Cinema y se ha proyectado en la 80.ª edición del Festival de Venecia, también se inscribe en este mundo de subgéneros, por lo que desempeña la función de actualizar un campo de pensamiento probablemente atemporal.

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Los protagonistas de la película son una joven pareja, Gemma y Adriano (Yile Vianello y Andrea Palma), que esperan un hijo y deciden entrar en una comunidad espiritual llamada "La Comunidad del Huevo" (que ha sido un símbolo de fertilidad desde la época egipcia), cuya líder (Regina Orioli) se hace llamar gurú Rajani. Este culto de estilo oriental parece girar en torno a un enorme huevo dorado, como los que vemos en los escaparates de las pastelerías en Pascua. Los rituales y rutinas diarios que debe seguir el grupo de jóvenes parejas se rigen por normas estrictas, y cualquiera que las infrinja es expulsado. El público empieza a sospechar que hay algún tipo de humor involuntario detrás de todo esto, pero el director —que presume de una considerable experiencia documental al haber estudiado dirección cinematográfica en la Academia de Cine de Nueva York— sabe muy bien lo que hace. De hecho, hace que su personaje Adriano, en una conversación con su pareja, afirme: "¡Todo este teatro no es más que una mezcla de diferentes culturas y religiones!". Pero la película no es en absoluto una farsa; en realidad es de lo más inquietante. La fe de la pareja en la experiencia que están viviendo empieza a tambalearse cuando ocurre una tragedia: Gemma pierde a su bebé. Es un acontecimiento que los hunde, crea una barrera entre ellos y solo les ayuda a reencontrarse cuando se ven envueltos en otra experiencia increíblemente improbable.

Casale divide la película en diferentes capítulos —Guscio, Albume y Tuorlo— e incorpora a la historia imágenes generadas por ordenador de masas fluidas, magmáticas, palpitantes y multicolores, como si fueran un ser vivo dentro de un cuerpo. Pero a medida que la historia avanza de forma lineal y predecible en su mayor parte, el interés del espectador por el destino de estos dos personajes que huyen del utilitarismo urbano y buscan una espiritualidad que los purifique se desvanece. El significado del giro final se deja a la imaginación de un espectador que quizá no esté de humor para acertijos... Es posible que el director quisiera dar sentido al fenómeno subcultural en cuestión, o inscribirlo en un contexto actual a través de la ficción, pero el guion de la película, por desgracia, carece de la estructura adecuada para que esa intención se perciba.

L’anno dell’uovo ha sido producida por Diero Film con Biennale College.

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(Traducción del italiano)

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