Crítica: In the Land of Saints and Sinners
por Jan Lumholdt
- VENECIA 2023: El director Robert Lorenz y el actor Liam Neeson vuelven a unir fuerzas para unos careos con algún que otro cliché durante el conflicto de Irlanda del Norte en los años 70

Tras su colaboración en El protector (2021), el director Robert Lorenz y el actor Liam Neeson vuelven a unir fuerzas en In the Land of Saints and Sinners [+lee también:
tráiler
ficha de la película], estrenada en la sección Orizzonti Extra del 80.º Festival Internacional de Cine de Venecia. La película, un proyecto exquisitamente irlandés (y una producción íntegramente local), está protagonizada por un reparto de talentos nacionales de primer nivel, como Colm Meaney, Kerry Condon, Ciarán Hinds, Sarah Greene, Niamh Cusack y Jack Gleeson. En cuanto al género, se trata de un thriller con aires de western e incluso de historia de samuráis, que se desarrolla durante el conflicto de Irlanda del Norte a principios de los años setenta.
Nuestro samurái del trébol es un tal Finbar Murphy (Neeson, por si había alguna duda), un veterano del ejército reconvertido en librero que lleva una existencia aparentemente tranquila en Donegal, al noroeste de Irlanda. Conocido como “el condado olvidado”, que quedó aislado tras la partición de 1921, rodeado por zonas anteriormente irlandesas, ahora bajo jurisdicción británica, este lugar solo puede ser perfecto para alguien que se dedique al mismo negocio que Finbar, que en realidad tiene poco que ver con la venta de libros, y más con asesinar a varios delincuentes (gente realmente despreciable, lo que convierte a Finbar en un asesino a sueldo bastante “simpático”). Su ética de trabajo es meticulosa: una vez atrapa al malo (o mala), le da una pala, le pide que empiece a cavar y, finalmente, le concede un minuto (cronometrado) para recordar o lamentar cualquier problema existencial. A continuación, un disparo y al hoyo.
Colm Meaney es el encargado de proporcionarle misiones y Jack Gleeson el asesino “asociado” cuando la fila de tipos malos se hace demasiado larga. En estos tiempos convulsos, se trata de hombres con un trabajo muy normal. Sin embargo, cuando terminan el encargo, siempre tienen tiempo para una buena dosis de diversión, ya sea con una pinta de malta y una alegre giga en el pub, una partida amistosa de tiro al blanco con el policía local, interpretado por Ciarán Hinds, o un buen libro (el último escritor que ha elegido Finbar es Dostoyevski).
Toda esta atmósfera pintoresca se ve rápidamente interrumpida por la llegada de un grupo desquiciado y desagradable de terroristas del IRA, procedentes de Belfast tras un trabajo fallido. Liderados por la malhumorada Kerry Condon, su plan de esconderse hasta que las cosas se calmen puede no resultar como esperaban, debido a la presencia de Finbar y sus socios. Con o sin la banda sonora (cortesía de los hermanos Baldenweg, que suben el volumen al máximo), presentimos que se avecina un gran enfrentamiento. En realidad, presentimos muchas cosas en la película, ya que In the Land of Saints and Sinners es una larga sucesión de todos los clichés posibles, servidos con gusto y alegría por un habilidoso equipo de creadores, tanto detrás como delante de la cámara, que saben muy bien lo que hacen, lo hacen bien y disfrutan del viaje. En la noche adecuada, y si están de buen humor, puede que esta sensación se contagie al público. En cuanto al condado de Donegal, puede que por fin deje de estar tan olvidado.
In the Land of Saints and Sinners es una producción de la irlandesa Facing East Entertainment, junto con Ragbag Pictures y London Town Films. Bleiberg Entertainment se encarga de las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
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