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TORONTO 2023 Platform

Crítica: HLM Pussy

por 

- Nora El Hourch consigue una película directa a la par que sutil sobre una gran amistad desestabilizada por las paradojas de la lucha contra la violencia sexual y las diferencias sociales

Crítica: HLM Pussy
Leah Aubert, Salma Takaline y Médina Diarra en HLM Pussy

"Estamos viviendo una revolución, por lo que va a ser inevitable correr riesgos". Las buenas intenciones son siempre dignas de admiración, pero las consecuencias de las mismas dependen en gran medida de la posición que ocupemos en la sociedad. La cuestión es que esta disparidad social deriva en dudas por parte de las víctimas de agresiones sexuales a la hora de, por ejemplo, denunciar los hechos. Esto es precisamente lo que ocurre en HLM Pussy [+lee también:
tráiler
entrevista: Nora El Hourch
ficha de la película
]
, la impetuosa ópera prima de la directora francomarroquí Nora El Hourch, que se ha presentado en la sección Platform del 48.º Festival de Toronto. Y es que cuando también entran en juego las amistades, se vuelve todavía más difícil dar el paso.

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Las protagonistas de la historia son tres amigas de la infancia, tan unidas como pueden estarlo unas quinceañeras vivaces, descaradas, insolentes, cariñosas y dispuestas a enfrentarse al futuro con una energía aún ingenua, con sus zapatillas a la moda y una sólida resistencia al ambiente venenoso de su instituto de los suburbios parisinos. Sin embargo, las tres jóvenes no juegan en la misma liga, ya que Amina (Leah Aubert) vive con su padre cirujano (Mounir Margoum) y su madre abogada (Bérénice Bejo) en un barrio tranquilo y acomodado de las afueras, mientras que Djeneba (Médina Diarra) y Zineb (Salma Takaline) viven en un bloque "desfavorecido" en el que los chicos intentan imponer su ley. De pronto, un "chico malo" (cuyo hermano mayor es el cabecilla de una banda de la zona) se insinúa a Zineb sin importarle lo más mínimo su consentimiento, lo cual lleva a Amina a grabar el encuentro a escondidas y publicar más tarde el vídeo en las redes sociales desde la cuenta llamada "HLM Pussy". Este acto impulsivo de buena fe acaba por entrañar un enorme peligro ("¿Hasta dónde habéis grabado? Estáis muertas"), ya que Zach (Oscar El Hafiane) se deja llevar por el fragor del momento, de manera que acaban escapándosele algunos de los actos más reprobables de su hermano. Este hecho acaba por desestabilizar la relación entre las tres amigas, de manera que los padres de Amina la trasladan a un colegio privado, mientras que Djeneba y Zineb, por su parte, se quedan solas ante el peligro...

HLM Pussy es un largometraje que, a pesar de la sensación que pueda dar al principio, toma distancia respecto a las "tradicionales" películas sobre los suburbios parisinos, ya que consigue crear un mosaico a partir de una serie de piezas que va encajando de manera progresiva, a saber, las complejidades que conlleva estar a caballo entre dos culturas, el peso de las diferencias entre clases sociales ("utiliza nuestra miseria para crear expectación"), el peligroso poder de las redes sociales, la zona gris del consentimiento y la espinosa cuestión de aportar pruebas cuando se trata de agresiones sexuales, por nombrar solo algunas.

A través de esta obra, Nora El Hourch toma la temperatura de una generación cuya aparente tempestuosa sencillez enmascara todo tipo de matices, aunque también rinde un bello homenaje a la amistad como medio a través del que superar los desacuerdos y la discordia estructurales o situacionales. La película, que constituye sin duda toda una apuesta por un futuro femenino compartido, desprende un carácter entrañable que debe mucho a sus tres jóvenes protagonistas y a la pasión inteligente y bien encauzada de una directora a tener en cuenta.

HLM Pussy ha sido producida por Manny Films en coproducción con la marroquí La Prod, Las ventas internacionales corren a cargo de Memento International.

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(Traducción del francés)

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