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TORONTO 2023 Platform

Crítica: Not a Word

por 

- La nueva película de Hanna Slak es un thriller dramático que gira alrededor de los traumas de la adolescencia repleto de tensión atmosférica y un crudo trasfondo emocional

Crítica: Not a Word
Maren Eggert en Not a Word

El nuevo trabajo de la cineasta y guionista eslovena afincada en Berlín Hanna Slak, tras la aclamada The Miner [+lee también:
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(seleccionada como la representante eslovena a mejor película internacional en la 90.ª edición de los Premios Óscar), se titula Not a Word [+lee también:
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. Este drama familiar, proyectado en la sección Platform de Toronto, profundiza en los traumas ocultos y las secuelas de la violencia.

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La directora de orquesta Nina (Maren Eggert) está absorta en los preparativos de una interpretación de la Sinfonía nº 5 de Gustav Mahler, destinada a convertirse en un momento crucial en su carrera. Sin embargo, los ensayos se ven interrumpidos cuando su hijo, Lars (Jona Levin Nicolai), cae por la ventana de la escuela en un supuesto accidente. Nina decide tomarse un descanso y se lleva a Lars a una isla de la costa atlántica, un lugar impregnado de recuerdos familiares muy queridos. Aunque Lars no ha aceptado del todo el divorcio de sus padres, y su elección de destino puede estar motivada principalmente por la nostalgia, esta escapada pretendidamente terapéutica no hace más que aumentar el distanciamiento entre madre e hijo.

En su último proyecto, Slak disecciona las dinámicas de la familia moderna en un momento de crisis. Nina, una madre soltera, debe enfrentarse a los desafíos de una profesión exigente mientras cría a un hijo que está entrando en la adolescencia. Por su parte, Lars intenta lidiar con la separación de sus padres, manteniendo un vínculo con su padre, tras haber sufrido un desgarrador incidente en la escuela. La convulsa mezcla de emociones que experimenta Lars amenaza con explotar, llevando a Nina a dejar de lado momentáneamente sus proyectos. En primer lugar, para reconocer la gravedad de los problemas que atraviesa su hijo y, en segundo lugar, para empezar a reparar una ruptura que, aunque es habitual durante la adolescencia, se ha hecho especialmente pronunciada entre ellos. A mayores, la psique de Lars se ha visto profundamente afectada por un incidente reciente e inquietante, en el que una joven de su colegio falleció trágicamente en un incendio.

La isla en la que se refugian, envuelta en una atmósfera sombría, ofrece un paisaje y un tiempo impredecibles que enmarcan el viaje familiar de Nina y Lars a través de una forma de psicoterapia poco convencional y autoimpuesta. Slak logra mantener la tensión emocional con sutileza, valiéndose del clima para reflejar los sentimientos internos de los personajes. Not a Word es una versión moderna de Cumbres borrascosas sobre relaciones maternofiliales, con el paisaje como símbolo de consuelo, liberación, confinamiento y declive. El clima refleja los estados mentales de agitación, ansiedad latente, desesperación, trauma y redención. Este fondo natural tormentoso, que pone de relieve tanto los aspectos controlables de la existencia humana como los que están fuera de nuestro control, está filmado de una forma casi palpable por la experimentada directora de fotografía Claire Mathon (Spencer [+lee también:
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Además, la Sinfonía nº 5 de Mahler aparece entretejida a lo largo de la película, reflejando musicalmente la relación madre-hijo. La compositora Amélie Legrand se inspira en la transición sinfónica de Mahler, que avanza de la oscuridad hacia la luz, para trazar la evolución del personaje de Jona Levin Nicolai. Haciendo referencia a secciones de la obra de Mahler, desde la Marcha Fúnebre hasta el Rondo-Finale, Legrand se apoya en este amplio lienzo emocional para subrayar tanto los retos personales como los compartidos por Nina y Lars. Por su parte, Slak aborda estos temas con un tono comedido, evitando el melodrama explícito.

Centrándose en los matices de la crianza en solitario y profundizando en las complejidades de una relación como esta, Not a Word combina a la perfección un thriller parental de cámara con un relato iniciático marcado por el trauma y la dimensión social que implica ser madre soltera. El drama introspectivo de Slak presenta una crisis materno-filial exacerbada por los problemas de comunicación. Empleando una estructura cíclica, la película aborda las consecuencias mientras intenta salvar la brecha. Los elementos tácitos e implícitos añaden importantes capas de tensión. Inquietante y esperanzadora a partes iguales, la película confirma la destreza de Slak para representar tempestuosos viajes emocionales en pantalla.

Not a Word es una producción de la alemana Volte, la francesa Ici et Là Productions y la eslovena Tramal Films. Beta Cinema se ocupa de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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