19/09/2023 - La sutil película en blanco y negro de la directora finlandesa Katja Gauriloff se acerca a una joven obligada a dejar atrás sus raíces sami

Je’vida [+lee también:
tráiler
ficha de la película], la nueva película de Katja Gauriloff, proyectada en la sección Centrepiece del Festival de Cine de Toronto, se basa en una idea simple: no puedes huir de tu pasado. Sin embargo, lo más interesante es preguntarse por qué alguien querría intentarlo, un tema que ocupa el núcleo de la película. Cuando Iida (Sanna-Kaisa Palo) y su sobrina Sanna (Seidi Haarla) visitan la casa donde crecieron Iida y su hermana, recientemente fallecida, la joven artista se siente confusa y frustrada por el persistente silencio de su tía. No obstante, no pasa mucho tiempo antes de que la casa, ubicada en un páramo nevado al norte de Finlandia, despierte recuerdos que la mujer ha reprimido durante mucho tiempo.

Rodada en un suntuoso blanco y negro por el director de fotografía Tuomo Hutri, la película narra la vida de Iida desde la infancia hasta la edad adulta a través de momentos clave que han dejado una huella en su memoria, por lo que adopta una estética a medio camino entre la ficción realista y la lógica onírica. La joven Je'vida (su verdadero nombre, en la lengua sami skolt de su familia) era la favorita de su abuelo, ya que siempre se mostraba dispuesta a aprender las artes de pesca tradicionales y reparar las redes. La niña (una muy convincente Agafia Niemenmaa) escucha por casualidad cómo su madre habla de enviarla a un internado, al igual que a su hermana mayor, pero su abuelo se muestra inflexible e insiste en que debe quedarse y mantener vivas las costumbres sami. Cuando él muere y ella es enviada fuera para recibir una educación finlandesa, la niña no deja de verle ni de hablar con él, al menos no de inmediato.

A partir de ese momento, gran parte de la vida de Je'vida consiste en escuchar lo que otra gente tiene que decir sobre ella, como su familia, que decide su destino, los niños que se burlan de ella en la escuela y los adultos que le enseñan finés. La película dedica algún tiempo a su proceso de adaptación, que en realidad es un proceso de rendición, ya que su breve ataque de rebeldía tiene como consecuencia un castigo cruel por parte de sus profesores racistas. Resulta desgarrador asistir a estos momentos, y podemos entender por qué la Iida adulta se muestra reacia a explicarle a su sobrina por qué su madre nunca le habló de la casa ni de su propia hermana. Aun así, no podemos evitar tener la sensación de que la película podría haber hecho más para traducir el dolor silencioso pero intenso de Iida.

De la misma forma, habría sido interesante explorar en mayor profundidad los efectos de este brutal desarraigo en la joven Je'vida (Heidi Juliana Gauriloff), que parece estar dividida entre amar y odiar sus orígenes. Tal vez el hecho de que podamos sacar todas estas conclusiones sobre los deseos y el estado anímico de Iida, pero no sentir realmente sus emociones, sea la forma que tiene la película de representar su propia desconexión.

Cuando Iida le dice a su sobrina: “Preguntaste lo que debías preguntar […]. Yo nunca supe cómo hacerlo”, se refiere precisamente a eso. A pesar de todo, habría sido interesante saber cuál fue el impacto real de esta historia, no solo en las decisiones lógicas que toma el personaje (aprender finés, comprar zapatos, seducir a un ingeniero), sino en su personalidad, sus relaciones con los demás y su vida en general. Sabemos que no hablaba con su hermana, pero ¿por qué? En definitiva, la película parece más un registro de atrocidades (a través de un texto en pantalla al final de la película, descubrimos que la mayoría de los niños sami fueron obligados a vivir en internados finlandeses hasta la década de 1980), que un retrato de su protagonista.

Je’vida es una producción de la finlandesa Oktober Oy, distribuida localmente por Future Film Oy Ab. The Yellow Affair se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)