SAN SEBASTIÁN 2023 Competición
Crítica: Hotel Royal
por Júlia Olmo
- Kitty Green presenta una poderosa película de intriga y género sobre la alianza de dos mujeres frente al miedo y la amenaza constante
Dos amigas estadounidenses viajan como mochileras por Australia. Tras quedarse sin dinero, aceptan un trabajo temporal en un bar de una remota localidad minera del Outback llamado “Hotel Royal”, donde las cosas pronto empiezan a ser mucho peor de lo que ya parecen. Esta es la historia que plantea Hotel Royal [+lee también:
tráiler
ficha de la película], la nueva película de Kitty Green, escrita junto a Oscar Redding, protagonizada por Julia Garner (con la que vuelve a formar equipo) y Jessica Henwick, y que tras presentarse en Telluride y Toronto compite ahora por la Concha de Oro en el 71.° Festival de San Sebastián.
Tras The Assistant, Green vuelve a hablar de temas como la imposibilidad de escapar de la mirada masculina, la sexualización de la mujer, el acoso, el consentimiento, el abuso de poder, la violencia o el miedo, pero esta vez da un paso más allá y lo hace desde un espacio distinto. La directora saca estas cuestiones de los contextos a los que estamos más acostumbrados y los sitúa en un espacio más desconcertante, que da para más juego, un espacio aislado y aparentemente sin ley, el pub de mala muerte que da nombre a la película. A partir de ahí, la directora va construyendo un thriller que poco a poco va girando hacia una película de género y venganza sobre la amistad de dos mujeres solas ante el peligro y el miedo. Ahí está uno de los aspectos más estimulantes del filme, en cómo a través del trabajo con el espacio, va llevándonos a una película de género sobre temas realmente terroríficos y consigue turbarnos y plantear preguntas interesantes (y posiblemente posturas enfrentadas, algo también estimulante).
Esa construcción de la atmósfera amenazante es también uno de los aspectos más potentes de la película. Green plantea con inteligencia e imaginación la dicotomía y la semejanza entre los dos espacios en los que discurre la acción: por un lado, el bar decadente y hostil, lleno de terrores latentes o más explícitos, en el que las dos protagonistas se encuentran atrapadas, y por otro, el exterior, con aparentes posibilidades de libertad, pero cuya inmensidad también las encierra en mitad de la nada y en el que tampoco pueden estar seguras. Con ello, es también interesante cómo se aborda el tema del peligro constante al que están expuestas las mujeres (ya sea interior o exterior) y desde ahí la narración de la relación entre las dos protagonistas, dos mujeres que desde el comienzo desearían estar en otro lugar, la amistad de dos chicas cuyo miedo las une todavía más (a pesar de sus enfrentamientos) y que se alían frente a esa hostilidad.
Otra de sus grandes bazas está en cómo maneja con potencia la tensión de la historia, creando situaciones inquietantes y turbadoras, y también en su capacidad de crear imágenes de gran fuerza visual, especialmente aquellas en las que filma el sugerente y misterioso rostro de Garner (también muy potente en su interpretación junto a Henwick). Por ello, es una lástima que la falta de sutileza de Green en el planteamiento de algunas situaciones o de un mensaje feminista algo simple haga palidecer por momentos toda esa fuerza.
A pesar de sus pequeñas debilidades, Hotel Royal es una película muy potente, capaz de proponer debates interesantes, una poderosa cinta de intriga y terror sobre la opresión y la liberación de dos mujeres, de su alianza frente al miedo y la amenaza constante, y que merece su espacio entre el cine de género de los últimos años.
Hotel Royal es una coproducción entre Australia y Reino Unido de las compañías Scarlett Pictures y See-Saw Films.
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