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PELÍCULAS / CRÍTICAS Austria

Crítica: Woodland

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- La cinta de Elisabeth Scharang explora el trauma y la curación a través de las simbólicas imágenes de los yermos y solitarios paisajes rurales de invierno y sus bosques

Crítica: Woodland
Brigitte Hobmeier en Woodland

Un evento traumático obliga a Marian (Brigitte Hobmeier), una experiodista famosa, a regresar al campo. Una vez allí, en la vieja granja de su abuela, donde el polvo se ha acumulado durante décadas y la electricidad parece un concepto distante, tal vez pueda encontrar la paz. Sin embargo, el hecho de escapar de un infierno personal no impide que el destino elegido abra nuevos abismos, olvidados y reprimidos durante mucho tiempo.

En Woodland, de Elisabeth Scharang, una adaptación de la novela homónima de Doris Knecht, el mensaje central trata sobre cómo afrontar el pasado, aprender a perdonar y tener el valor de enfrentarse al futuro. Presentada en Toronto, antes de proyectarse en Zúrich y de su estreno en los cines austriacos el 29 de septiembre de la mano de Filmladen Filmverleih, la película aborda estos temas a través de paisajes lúgubres e inhóspitos, miradas sombrías por parte de los lugareños y tenebrosas casas antiguas, que en su día fueron orgullosas fincas, en una región ahora olvidada por la urbanización.

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“¿Por qué estás aquí?”, es una de las preguntas a las que Marian tiene que enfrentarse una y otra vez con sus mejores amigos de la infancia, Gerti (Gerti Drassl) y Franz (Johannes Krisch). Ella los abandonó y desapareció cuando eran jóvenes. Ahora, no solo no es capaz de vivir según las reglas del campo, sino que tampoco se preocupa por encajar. Esto podría interpretarse como un acto emancipador de feminismo sutil, pero Woodland no es la historia de una mujer que deja su huella en una sociedad patriarcal. A través de breves flashbacks en los que vemos a Marian tirada en el suelo en una concurrida plaza, mientras se oyen disparos y gritos de fondo, nos queda claro que ha sobrevivido a un atentado. Aunque Knecht escribió la novela original en 2015, es obvio que Scharang se inspiró en el atentado terrorista de Viena de 2020.

Estos pocos segundos de terror no solo han llevado a Marian a abandonar su profesión como reportera de guerra y especialista en crisis ecológicas, sino que también han provocado que no pueda ir al supermercado sin sufrir ataques de pánico. Scharang utiliza imágenes distorsionadas y un montaje apresurado para subrayar estos momentos de desorientación, pánico e impotencia. Aunque podríamos pensar que lo mejor para Marian sería buscar ayuda profesional, su catarsis mental se manifiesta de una forma diferente, concretamente en la rutina de intentar encontrar comida en su barrio o salir a correr por los bosques que rodean su casa, un proceso que le permite liberarse de toda la presión, encontrarse a sí misma y empezar a recomponerse… Aunque todo eso signifique evitar a su marido Gheorghe (Bogdan Dumitrache), que no logra entender por qué Marian no regresa con él a la ciudad.

Aunque el proceso de sanación de Marian sea el centro de esta historia que avanza a un ritmo pausado, su regreso también desencadena el desarrollo de los personajes de sus amigos. Gerti, un personaje equilibrado y comprometido con el cuidado de sus padres, pero que también ha sucumbido apáticamente a su destino, protagoniza el momento más dramático de la película cuando por fin se enfrenta a su padre maltratador. Por su parte, Franz, que nunca quiso vivir en el campo y cada día se parece más a su resentido padre, necesita dejar atrás su estancamiento.

Puede que no ocurran muchas cosas en la película, aparte de las carreras diarias, los paseos y los enfrentamientos verbales, pero cada personaje, sumido en su propio trauma, utiliza estos momentos de encuentro y tareas cotidianas para progresar y recuperarse. El hecho de que la historia de Scharang comience en un tenebroso escenario otoñal y que sus protagonistas sobrevivan al sombrío y frío invierno, hasta terminar en un día soleado de finales de primavera o principios de verano, no es una coincidencia simbólica.

Woodland es una producción de Wega Film, vendida internacionalmente por Picture Tree International.

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(Traducción del inglés)

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