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ROMA 2023

Crítica: Palazzina LAF

por 

- Michele Riondino firma un brillante y potente primer largometraje con la reconstrucción del primer caso de acoso laboral en la letal planta siderúrgica Ilva de Tarento

Crítica: Palazzina LAF
Michele Riondino en Palazzina LAF

Para su ópera prima como director, el actor apulense Michele Riondino ha elegido una historia (real) ambientada en el mundo del trabajo, que forma parte de un drama más amplio que se desarrolló en la planta Ilva de Tarento, la “monstruosa” siderúrgica que provocó miles de casos de cáncer de pulmón entre 1993 y 2021, así como muertes por exposición al amianto. Además de servir como testimonio de una forma despiadada de capitalismo, las suspensiones de pagos, el cierre de los altos hornos, los procedimientos judiciales posteriores y la reconversión dieron lugar a un enfrentamiento entre dos derechos: “el derecho a la salud de los habitantes de la ciudad y el derecho al trabajo de los empleados de la fábrica”, como explica el director argentino Víctor Cruz, autor de un docufilm sobre el caso Ilva en 2021.

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, proyectada en la sección Grand Public de la Fiesta del Cine de Roma, Riondino relata lo que probablemente fue el primer caso de acoso laboral a gran escala denunciado en Italia, que sentó un precedente en la legislación nacional. El edificio titular hace referencia a la ruinosa oficina donde fueron relegados todos aquellos que se negaban a plegarse a la “reestructuración” de la empresa: ingenieros y demás personal cualificado que se negaban a ceder al chantaje laboral y no aceptaban un descenso de categoría. La película comienza en 1997, cuando la empresa acaba de ser privatizada y el equipo directivo supervisa una despiadada “reorganización de su estructura productiva”. Palazzina LAF es una especie de limbo en el que todo el mundo permanece suspendido, una prisión que destruye psicológicamente a las personas. Además de dirigir la película, Riondino también interpreta el papel protagonista, metiéndose en la piel de Caterino La Manna, encargado de limpiar las baterías de la planta, un trabajo infernal que daña los pulmones. El jefe de personal, interpretado por Elio Germano en su papel más retorcido hasta la fecha, le obliga a convertirse en un espía para la empresa: debe informar de cualquier “conspiración” entre el representante sindical (Fulvio Pepe) y todos los demás condenados a la muerte social. A cambio, recibirá un ascenso y un coche de empresa. Caterino no tarda en infiltrarse en Palazzina LAF como el único miembro de las clases populares, atrapado entre una energía libidinal y una pulsión mortal. Se trata de un personaje que agradaría especialmente a Cynthia Cruz, autora de Melanconia di Classe.

Riondino juega en casa: Tarento es su ciudad natal, su padre trabajó en Ilva, y el guion que escribió junto al experimentado Maurizio Braucci se basa en Fumo sulla città, un libro que Alessandro Leogrande escribió como una “advertencia” para todo el país. El director incluye hábilmente elementos de lo grotesco en el drama, ayudado por el dialecto sardónico de Apulia y la banda sonora de Theo Teardo, que rinde homenaje a Morricone. Riondino conoce bien la edad de oro del cine italiano, una época de compromiso civil y comedia amarga, hasta el punto de que su referente “elevado” parece ser Lulù, el empleado saturado y adorado por sus jefes, interpretado por Gian Maria Volontè en La clase obrera va al paraíso, de Elio Petri (galardonada con el Gran Premio de Cannes en 1972). El protagonista de Palazzina LAF toma conciencia de su propia condición de delator y esclavo, pero no quiere admitirlo ni siquiera ante sí mismo. La escena en la que expresa su sentimiento de culpa católica mientras sueña con la espectacular procesión de Semana Santa de Tarento, con la estatua de un Cristo crucificado siendo besada por Caterino/Judas, resulta particularmente impresionante. El director de fotografía Claudio Cofrancesco también merece una mención especial por reproducir la luz de las iluminaciones religiosas. En general, Riondino firma un brillante e impactante debut como director, y esperamos que su talento se confirme en futuras películas.

Palazzina LAF es una coproducción ítalo-francesa a cargo de Palomar, Bravo, Bim Distribuzione y RAI Cinema, coproducida por Paprika Films.

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(Traducción del italiano)

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