BLACK NIGHTS 2023 Critics’ Picks
Crítica: The Milky Way
- Maya Kenig examina la maternidad, el capitalismo y las diferencias sociales utilizando un toque distópico con el concepto de banco de leche como punto de partida

Monetizar algo relacionado con nuestro cuerpo es un tabú y siempre lo ha sido. La venta de otros “productos” genera diferentes opiniones: cortarse el pelo y venderlo no es algo malo, pero vender órganos “extra”, sí. Sin embargo, la leche materna siempre ha estado fuera de esto por motivos patriarcales: las nodrizas han salvado millones, sino billones de vidas a lo largo de la historia. Ese concepto evolucionó a los bancos de leche humana durante la primera mitad del siglo 20, pero con el aumento de la leche maternizada en la segunda mitad del siglo, se convirtieron en algo obsoleto y su popularidad decayó.
Hoy, la cineasta israelí Maya Kenig le da un giro distópico y hípster a este concepto en su segundo largometraje, The Milky Way, que acaba de estrenarse en el Festival Black Nights de Tallin, en la sección Critics’ Picks.
Tala (Hila Ruach) es una madre soltera y música que nunca ha tenido ningún logro significativo. Incapaz de conseguir ingresos de otra forma, se inscribe en una empresa para trabajar donando su leche materna. Mientras trabaja extrayendo su leche para que clientes ricos la usen, debe contar con la asistencia del sistema de guarderías de la empresa, a cargo de una cuidadora que la juzga, o con la ayuda de su propia madre (Orli Roth Feldheim), que también la juzga. Cuando se salta las estrictas normas de la empresa y éstos la pillan y la suspenden, recurre a la ayuda de un transportista (Evgeny Moliboga) para saciar su curiosidad y ver adónde va a parar la leche.
Cuando se entera de que su leche se está vendiendo a un único y muy peculiar cliente, decide investigar la casa de esa persona. Tras varios contratiempos de e intentos de escapar de los problemas, sólo para meterse en más y más líos, conoce a Nili (Hadas Yaron), que tiene una propuesta indecente para ella. La oferta viene acompañada de importantes beneficios que permitirían a Tala saldar sus deudas e incluso intentar continuar con su carrera de cantante, pero también supone unas reglas de compromiso poco claras y en constante cambio por parte de la autoritaria y temperamental Nili...
Aunque Kenig básicamente se limita a adoptar un concepto familiar y darle un giro frío, absurdo y distópico (que parece sacado de las películas de Yorgos Lanthimos), sabe cómo jugar con él para conseguir lo que quiere en primer lugar. En este caso, se trata de un análisis de la maternidad, el capitalismo y las diferencias sociales cada vez mayores entre "los que tienen" y "los que no tienen", poniendo siempre a nuestra protagonista en el lado perdedor. El peligro de que la premisa se encamine hacia la "pornografía de la miseria" se evita gracias a la elección de la directora de tratar temas tan serios de una forma desenfadada. Para ello cuenta con su actriz principal, Hila Ruach, cuya enérgica interpretación y química inmediata con el resto del reparto resultan fundamentales para establecer y mantener el tono de la película.
Keing también acierta con las elecciones estéticas y artísticas, y además de escribir y dirigir la película, también lleva a cabo el montaje. La directora opta por una estética desenfadada e indie y por un ritmo ágil, en el que la banda sonora de sintetizador de Tom Armony, Assa Raviv y la propia actriz principal manipula y controla con delicadeza el estado de ánimo del espectador. The Milky Way da en el clavo como mezcla de un tema serio y un tono apacible, algo cada vez menos frecuente en los festivales de cine de hoy en día.
The Milky Way es una coproducción israelí y francesa de Green Productions y Les Films du Poisson. The Party Film Sales está a cargo de las ventas internacionales.
(Traducción del inglés por Claudia López Coloma)
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