email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

GIJÓN 2023

Crítica: El Cine, 5

por 

- La documentalista Elisa Cepedal vuelve a la historia de su pueblo natal en Asturias en un personal y conmovedor segundo largometraje

Crítica: El Cine, 5

Si abres Google Maps y buscas la palabra Barredos (un pequeño pueblo de Asturias), verás que no es más que un conjunto de calles que parten todas de un mismo lugar, la estación de tren. Con una población de unas 1.600 personas en la actualidad, Barredos comenzó siendo un pueblo minero y creció considerablemente en la década de 1950. La cineasta local Elisa Cepedal ha dedicado su segundo largometraje, El Cine, 5 [+lee también:
entrevista: Elisa Cepedal
ficha de la película
]
, a la historia de su pueblo natal. La película se ha estrenado a nivel mundial en la sección Retueyos del 61.º Festival de Gijón, que se encuentra a menos de 40 km de Barredos.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

De hecho, "El Cine" es el nombre de la calle donde el abuelo de Cepedal, que trabajaba como fotógrafo en el pueblo, tenía su estudio —en el número 5, concretamente—. ¿Coincidencia? No lo creo, porque es ella la que introduce el cine en la ecuación al investigar acerca de la historia de la ciudad. El enfoque visual de El Cine, 5 se asemeja —al menos al principio— al de un ensayo fotográfico en el que las fotografías se muestran de manera consecutiva a través de primeros planos y de planos muy cerrados, y en el que las voces de los residentes más antiguos del pueblo narran las distintas relaciones personales y profesionales del lugar. Cepedal grabó entrevistas con personas a las que conoce desde que era una niña, pero esta vez, sus historias encuentran el camino hacia un repositorio audiovisual donde se conservarán sanas y salvas para siempre —o hasta que el cine deje de existir—.

El pequeño pueblo minero se está apagando poco a poco, ya que su apogeo ha terminado y a la gente solo le quedan sus recuerdos de amistad y resistencia. Sus historias giran en torno a la posguerra y a la dictadura franquista, pero siempre dentro de un contexto familiar o de compañerismo. Todos estos pequeños relatos contribuyen a definir el panorama más amplio, y es que, aunque esto parezca evidente a más no poder, los testimonios orales de El Cine, 5 están tan estrechamente apiñados que acaban por convertirse en una instancia monumental —y en ocasiones paradójica— de memoria colectiva. La posmemoria en la era posindustrial puede parecer nostálgica sin paliativos, pero la proximidad de Cepedal al tema, así como la decisión de incluir su propia voz en las grabaciones mediante interjecciones y preguntas ocasionales, hace que el pasado cobre vida y cuente su propia historia.

El Cine, 5 también cuenta con largas tomas estáticas en color que Cepedal ha ido rodando a lo largo de los últimos dos años mientras volvía a los lugares de las fotografías de su abuelo, tomadas entre finales de los años 40 y los 70. El abuelo, que trabajaba como fotógrafo de bodas y confirmaciones, también documentó el movimiento huelguístico de la ciudad, las protestas y los cortejos fúnebres que tenían lugar cuando un minero moría en el trabajo. Aún se puede escuchar el timbre de una aguda conciencia política en los habitantes de Barredos, y es esa misma agudeza la que guía las decisiones formales de Cepedal. Ella es la creadora de la película, incluso cuando da un paso al lado para dejar que la historia se cuente a través de las voces de otros. Aunque parece mínimo, el metraje contemporáneo de la película desempeña una función indispensable. Barredos vive tanto en ella como en su película, sin un ápice de nostalgia, porque la nostalgia es solitaria, mientras que El Cine, 5 es unión a través del espacio y del tiempo.

El Cine, 5 es una producción de De la Piedra.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy