Crítica serie: Cristóbal Balenciaga
por Alfonso Rivera
- Como la aplaudida obra del puntilloso modisto del título, la serie dirigida por Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga derrocha clasicismo, elegancia y altas dosis de belleza

Una más que evidente tendencia invade las plataformas digitales, deseosas de llenar de contenido sus parrillas: el biopic más o menos fiel que reivindica la figura que lo protagoniza. En esta línea y en España hemos visto recientemente vidas reconstruidas de figuras pop como Miguel Bosé o Camilo Sesto, entre otras muchas, y esta misma corriente se puede trasladar a muchos otros países. En esta hambre por redescubrir a personas reales vivas o muertas se inscribe Cristóbal Balenciaga, serie de Disney+ que llega a sus suscriptores este viernes 19 de enero: seis episodios, con duraciones que oscilan entre los 40 y 50 minutos por capítulo, que ha dirigido el trío de cineastas compuesto por Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga.
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ficha de la película] se han enfrentado, según sus propias palabras, a su mayor reto profesional con la reconstrucción de las tres décadas de la vida de Cristóbal Balenciaga, otro vasco (como ellos) que logró convertirse en un referente universal de la moda. Así, desde 1937 y hasta 1968, la serie sigue su vida profesional y personal: desde que se instala en la capital francesa huyendo de la guerra civil española hasta que cierra su maison, por donde pasó la flor y nata europea.
Protagonizada por un entregado Alberto San Juan, que se ha mimetizado con el modisto de Getaria, por sus escenas desfilan célebres nombres de la alta costura como Coco Chanel, Cristian Dior o Hubert de Givenchy, e incluso rostros del cine o la aristocracia europea, como Audrey Hepburn o la reina Fabiola de Grecia, cuyo vestido de boda diseño Balenciaga y a quien da vida Belén Cuesta.
Ilustrada brevemente con imágenes documentales y de noticiarios que sitúan la acción en sus correspondientes momentos históricos, Cristóbal Balenciaga se estructura como un gigantesco flashback gracias a un recurso muy utilizado para rememorar una vida: la larga entrevista. Así, el protagonista va narrando conflictos que marcaron su vida y que centran cada episodio, como la ocupación alemana de París, su rivalidad con otro maestro del alfiler o su necesidad imperiosa de encontrar un estilo propio que le hiciera sobresalir en un escaparate tan exclusivo y competitivo.
Así, tramas empresariales se alternan con conflictos íntimos en una serie de puesta en escena clásica, elegante, detallista y sobria, como lo eran los vestidos que manufacturaba, con telas especiales, este desaparecido y admirado control freak; porque en esta serie tienen tanta presencia e importancia los diseños del modisto como las personas cruciales de su vida. El espectador asiste, de este modo, a numerosos desfiles y fácilmente, como sus clientas, caerá rendido ante la belleza indiscutible de unas creaciones soberbias.
Se convierte así esta serie –a la que ha puesto música otro vasco, Alberto Iglesias– en una pasarela de glamour y lujo, donde se pone bajo el foco la evolución de un personaje icónico y esquivo que huía de la exposición pública (nunca se posicionó políticamente y sufrió en silencio la homofobia rampante del siglo XX) y también cómo funcionaba un negocio basado en la exclusividad ricachona: todo esto transcurre entre París, Nueva York, Madrid y el País Vasco (por lo tanto sus diálogos se escuchan en francés, inglés, español y euskera).
Cristóbal Balenciaga es una serie original Disney+ producida por Moriarti Produkzioak e Irusoin.
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