Crítica: Bisons
por Muriel Del Don
- A través de la conmovedora historia de dos hermanos que lidian con las dificultades de un difícil día a día, Pierre Monnard habla sobre la importancia de la solidaridad

Tras el éxito de Needle Park Baby [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película] y varias colaboraciones en series de éxito de la televisión suiza (Nuevas alturas [+lee también:
tráiler
ficha de la serie], Wilder y Hors saison), el director suizo Pierre Monnard vuelve a ponerse detrás de las cámaras para deleitarnos con su último largometraje, Bisons, que se ha estrenado a nivel internacional en la sección Harbour del IFFR y a nivel mundial en las Jornadas de Soleura, donde ha sido galardonado con el premio del público. Bisons gira en torno a la humanidad y a la necesidad de mantener una perspectiva empática a pesar de los retos inherentes a un día a día cada vez más hostil. A través de una historia absorbente y conmovedora interpretada con maestría por los actores Maxime Valvini y Karim Barras, Pierre Monnard nos muestra una versión periférica de Suiza, una versión a años luz de las imágenes de postal de las oficinas de turismo, una versión que revela una Suiza habitada por personajes frágiles que, no obstante, no dudan en luchar por su supervivencia.
Steve Chappuis, un joven y abnegado criador de bovinos, lleva una vida dedicada tanto al duro trabajo que desempeña cada día en la granja familiar que dirige junto con su madre Mathilde como a los entrenamientos de schwingen o lucha libre suiza, un deporte nacional que le apasiona y le permite desahogarse de frustraciones a las que todavía no puede poner nombre. En este paraje aislado, protegido por las imponentes montañas que le rodean, Steve sueña con convertirse en campeón federal de lucha, un título prestigioso que le permitiría —quizá por primera vez en su vida— brillar con luz propia.
Pero a pesar de la tenacidad de Steve, la situación dista mucho de ser esperanzadora, ya que su madre y él están sumidos en una crisis financiera que no hace más que agravarse. Las deudas no han hecho más que acumularse desde la muerte de su padre, de manera que el futuro del negocio familiar está cada vez más en peligro. Steve, que sigue obsesionado con la lucha libre, decide ignorar las dificultades que vive en casa y dejar que su madre cargue con todo el peso de una situación que se está volviendo insostenible. De forma inesperada, será su hermano Joël —recién salido de la cárcel— quien abra los ojos a Steve y aporte su granito de arena —aunque a su manera— para ayudar a la familia a escapar de la espiral infernal en la que está inconscientemente atrapada. Joël sugiere a Steve que participe en peleas ilegales que tienen lugar en Francia con el fin de reunir el dinero que necesitan para saldar las deudas de la granja. Se trata de una solución extrema y peligrosa que pondrá a prueba un vínculo fraternal ya de por sí debilitado. Al verse entre la espada y la pared, Steve finalmente decide acompañar a Joël en una aventura en la que, por sorprendente que parezca, la violencia y el afecto acabarán por darse la mano.
Cual animal herido que se niega a sucumbir, el protagonista de Bisons se enfrenta a otras personas desamparadas, a individuos que, como él, someten sus cuerpos a la furia de una sociedad que no tiene hueco para las debilidades, una sociedad cruel en la que impera la ley del más fuerte. Todos y cada uno de los fotogramas se ven acompañados de los paisajes nevados de la región de Jura-Nord y el frío que se incrusta en los huesos de la gente y corta cuerpos y mentes como una cuchilla de afeitar, de manera que la película nos sirve a modo de recordatorio de que la naturaleza puede ser tanto hospitalaria como cruel, tanto nuestra aliada como nuestra enemiga.
Bisons trata de una sociedad en la que la humanidad y el afecto parecen haberse ido para no volver, una sociedad asolada por la crisis y la precariedad que, cansada, sigue cayendo en picado y no es capaz de alzar el vuelo de nuevo. Bisons constituye también una conmovedora historia de dos hermanos que luchan por sobrevivir en un mundo cada vez más hostil. Su relación, reservada pero no por ello menos intensa, se convierte en una metáfora de un mundo a la deriva en el que la empatía y el afecto parecen ser las únicas armas disponibles para luchar a toda costa por la conservación de la humanidad.
Bisons es una producción de P.S. Productions, Les Contes Modernes, RTS Radio Télévision Suisse y SRG SSR.
(Traducción del italiano)
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.