26/01/2024 - El primer largometraje de Thea Hvistendahl hace gala de una peculiar e inquietante atmósfera y demuestra su sólido talento en la dirección, pero su último tercio acaba con lo que prometía

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ficha de la película], la ópera prima de Thea Hvistendahl, estrenada mundialmente este año en la Competición World Cinema Dramatic del Festival de Sundance, el público percibirá una clara voluntad de subvertir los clichés asociados a una de las criaturas sobrenaturales más habituales en el cine de terror.

Este intento de sacudir los códigos del género resulta exitoso, al menos en parte. De hecho, Descansa en paz es una obra cinematográfica difícil de calificar. Está claro que no se trata de una película de terror (al menos no en el sentido más clásico), pero al mismo tiempo no tendríamos claro si catalogarla como un drama o un thriller.

Durante los primeros 25 minutos de la película, Hvistendahl crea una atmósfera tranquila e inquietante a través de la cual presenta gradualmente a sus personajes principales. La acción se desarrolla en un entorno bastante ordinario, pero podemos percibir cierta angustia y desesperación, sin saber exactamente por qué. Esta sensación de fatalidad se transmite a través de  los escasos diálogos, la paleta de colores sombría y el turbador paisaje sonoro, que logra inquietar tanto con sonidos extradiegéticos como intradiegéticos, e incluso con su ausencia. El montaje también resulta muy acertado, presentando un sugerente trabajo de yuxtaposición capaz de estimular nuestros sentidos, provocando tibios sentimientos de sorpresa, asco y perplejidad.

La trama, basada en una novela de John Ajvide Lindqvist, se desarrolla a lo largo de unos días de verano inusualmente calurosos en Oslo. Tras un misterioso apagón que hace crepitar las luces, las radios de los coches y los electrodomésticos, tres personas recientemente fallecidas se despiertan. Tres familias, que se enfrentan al duelo en circunstancias diferentes, son testigos de la resurrección de sus seres queridos. La primera familia está formada por un abuelo (Bjørn Sundquist) y su hija (Renate Reinsve), que lloran la pérdida de su nieto e hijo. La segunda familia está encabezada por un cómico (Anders Danielsen Lie) que, junto con sus hijos (Inesa Dauksta y Kian Hansen), se enfrentan a la repentina muerte de su esposa (Bahar Pars) en un accidente de coche. Por último, la tercera línea argumental se centra en una anciana solitaria (Bente Børsum) que ha perdido a su compañera de vida (Olga Damani).

Desde el principio, queda claro que los tres fallecidos no han resucitado sin más. Apenas responden a los estímulos externos y no hablan, por lo que es interesante ver cómo sus seres queridos, que aún están superando el duelo, desarrollan una relación retorcida con ellos. En otras palabras, la película hace que ellos (y los espectadores) se cuestionen cuáles son los límites entre la vida y la muerte.

Sin embargo, esta dimensión “filosófica” desaparece en el último tercio de la película. Para simplificar, ocurren demasiadas cosas, y suceden demasiado deprisa, lo que suscita aún más preguntas y deja las anteriores sin contestar. Todo esto mientras la directora cambia el enfoque narrativo adoptado hasta ese momento y cae en algunos clichés de los que había intentado escapar. De esta forma, el resultado final resulta un tanto precipitado, incompleto e incoherente. Lamentablemente, es una oportunidad perdida, sobre todo teniendo en cuenta que la premisa de la película y su atmósfera desesperanzada mostraban un gran potencial.

Aunque todo el trabajo en el aspecto técnico es fluido, cabe mencionar que el maquillaje de los tres “muertos vivientes” no es del todo impecable. El resultado puede ser más o menos aceptable para las dos mujeres, pero el aspecto y movimientos del niño son bastante irregulares, haciendo que parezca una especie de Pinocho espeluznante.

Descansa en paz es una producción de la noruega Einar Film. La empresa danesa TrustNordisk se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)