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PELÍCULAS / CRÍTICAS Bélgica

Crítica: Les Pas Perdus

por 

- Roda Fawaz y Thibaut Wohlfahrt nos sumergen en una jornada en el corazón del sistema judicial, entre juicios de alta tensión y asuntos familiares

Crítica: Les Pas Perdus
Wim Willaert en Les Pas Perdus

Les Pas Perdus, el primer largometraje de Roda Fawaz y Thibaut Wohlfahrt, que acaba de estrenarse a nivel nacional en el Festival de Ostende, es una película que sumerge al espectador en un día normal en la vida de un tribunal de justicia situado en algún lugar de Bélgica. El vestíbulo —"salle des pas perdus" en francés— es el lugar donde se cruzan todos los usuarios de este edificio de acceso público, independientemente de su función, categoría salarial o propósito. Como aplastados por el peso de esta institución, no tardamos en sentirnos diminutos ante tan grandiosa arquitectura, ante unas paredes de cristal que evocan la transparencia y la reparación que exige la justicia.

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El día —aunque todavía es de noche— comienza con el despertar de una mujer a las 3:30 de la madrugada. A continuación, la mujer lleva a cabo sus rituales matutinos de beberse un café y escuchar la radio. De repente, suena una alarma. Se trata de la conserje del tribunal de justicia y, hoy más que nunca, las posibilidades de que se produzca una intrusión no son precisamente bajas. Y es que hoy comienza el juicio contra un terrorista responsable de la muerte de 13 personas en una mezquita de Bruselas. A lo largo del día, se entrecruzarán la gran historia del país y las pequeñas historias de sus ciudadanos. Veremos al escurridizo terrorista, cuya insondable oscuridad se refleja en su ausencia, y a su controvertido abogado; veremos a los guardias de seguridad que protegen al asesino a pesar de sus propios sentimientos al respecto, y a los que se pierden en problemas personales, de manera que pronto se convierten en granos de arena de esta máquina tan bien engrasada. Y luego están todos los demás, la vida que sigue su curso y los asuntos familiares, todos ellos aspectos que parecen perdidos en la inmensidad del verdadero trabajo de Sísifo que constituye la tarea de impartir justicia.

Las puertas de acceso a los juzgados esconden tras de sí todo un universo, y dada la gigantesca escala que entrañan tanto la localización como la tarea que se traen entre manos, los directores se detienen en los rostros, los escrutan y dan vueltas a su alrededor para detectar la más mínima reacción. Se trata de un conglomerado de dolor, sufrimiento, esperanza, revuelta y, potencialmente, nuevos comienzos, un lugar que también encarna las grandes cuestiones en torno a nuestras sociedades. Los cineastas se toman su tiempo para describir este sistema, lo cual podría parecer ambicioso en un espacio de tiempo tan breve. Este mundo alberga un amplio abanico de destinos: una mujer sin hogar que ha llegado al final del camino, un hijo abrumado por las necesidades de su padre postrado en la cama, un anciano de 70 años en busca de otra vida... Y para encarnar todas estas sensibilidades, Roda Fawaz y Thibaut Wohlfahrt se han servido de un amplio elenco de actores belgas, entre los que se encuentran Véronique Dumont, Fatou Hane, Aurélien Caeyman, Laurent Capelluto y Wim Willaert.

Les Pas Perdus ha sido producida por la belga Frakas Productions junto con RTBF, Proximus, Voo, Be TV y Tax Shelter. La película recibió ayudas para producciones ligeras del Centro de Cine de la Federación Valonia-Bruselas.

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(Traducción del francés)

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