IFFR 2024 Competición Big Screen
Crítica: O pior homem de Londres
por Teresa Vieira
- El nuevo largometraje de Rodrigo Areias, ambientado en el Londres victoriano, es un retrato de las malvadas maquinaciones del mundo del arte

Describir a alguien como “lo peor” es una afirmación bastante atrevida. Ese era el calificativo que utilizaba Arthur Conan Doyle para describir a Charles Augustus Howell, un traficante de arte y chantajista del siglo XIX, conocido como el peor hombre de Londres. Esta expresión constituye el título de la nueva película de Rodrigo Areias, que participó en la competición Big Screen del IFFR, y que se adentra en la vida de este personaje histórico.
Ambientada en el Londres de la época victoriana, O pior homem de Londres retrata el ambiente prerrafaelita en el que se movía Howell junto a figuras clave como Dante Gabriel Rossetti, Lizzie Siddal y John Ruskin, entre otros. A lo largo de la película, se nos invita a participar en numerosas reuniones que tienen lugar en espacios de lujo y decadencia nocturna, pero el chantaje y la malicia nunca están muy lejos. En una equilibrada mezcla de luz y oscuridad, se nos presentan situaciones que giran en torno a información revelada y no revelada, conversaciones veraces y falsas, todo ello mientras se hacen negocios en el “juego” del arte.
Howell ocupa el centro de esta película como intermediario, un supuesto peón que conecta las distintas partes del “tablero”: artistas y coleccionistas. Seguimos de cerca todos los tratos, conversaciones y giros que se desarrollan a lo largo de la película. A medida que surgen intenciones más o menos claras de beneficio personal (tanto para Howell como para otros), se añade un interrogante al título: ¿era realmente el peor hombre de todos?
Howell se presenta en la película como un prisma polifacético. En una de las primeras escenas, Dante le susurra en confianza a su mujer, Lizzie Sidall: “Menuda panda de vampiros”. Es una afirmación que, en realidad, describe con astucia todas las dinámicas en juego. Es evidente que el director no intenta absolver a Howell de sus malvadas acciones en la vida real (algunas de las cuales se presentan en la película), mostrándolo como un hombre malo que participa en un juego perverso, pero también como alguien que encarna su entorno. No es más que un fiel reflejo del mundo del arte de la época: lo malo, lo ocasionalmente bueno, la palabrería constante y a veces el arte. La gran interpretación de Albano Jerónimo, combinada con un acertado diseño de vestuario para el personaje (con la mezcla adecuada de elementos discretos y extravagantes), crea unos ingredientes irresistibles que atraen de forma natural nuestra atención hacia el protagonista.
La narración sigue principalmente la trayectoria de Howell. Sin embargo, hay un intento de desviarse de esta senda y arrojar más luz sobre las vidas de algunas de las otras figuras históricas, entre ellas la propia Lizzie Sidall (interpretada por Victória Guerra). En esta película de época, rodada generalmente de forma eficaz, parece justo que sea precisamente Sidall, una artista que sufrió un trágico final en su vida, quien nos proporcione el momento más feliz del largometraje, en el que confluyen arte, cuerpo y cine.
Aunque hay un espacio cinematográfico con y para Sidall, así como para otros personajes, el viaje a través de todos estos elementos e historias combinados conduce ocasionalmente a algunos cabos sueltos. En un retrato que a veces puede resultar demasiado intrincado, algunos puntos parecen un tanto recargados, mientras que a otros les falta algún retoque. No obstante, incluso deslizándonos por la superficie, con nudos que deshacer y espacios en blanco que rellenar, todavía podemos captar la esencia de lo que solía ser el mundo del arte, y a lo que tal vez todavía se parece.
O pior homem de Londres es una producción de la portuguesa Leopardo Filmes, en colaboración con APM Produções, Alfama Films Production y Viva Devagar. Alfama Films también se encarga de las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
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